Las últimas semanas han sido difíciles para los cristianos marroquíes. Autoridades de seguridad de la nación africana han incrementado las acciones en contra de los creyentes. A esto se suman las deportaciones forzosas de extranjeros que trabajaban con organizaciones benéficas.

Según un comunicado de la Federación Mundial de Cristianos Marroquíes, las autoridades del país están privando de los derechos fundamentales establecidos por las leyes de esa nación.

“Nuestra fe en Cristo la hemos escogido libremente, nunca fuimos obligados ni presionados para ello, tampoco incentivados económica ni socialmente, ni por intervención de extranjeros, sino que es fruto de una convicción puramente religiosa. Es algo del todo contrario a lo que, desafortunadamente, publican una y otra vez los medios de comunicación de nuestro país, tratando de desacreditar nuestra fe y su credibilidad”, reza el comunicado de la Federación.

Los cristianos también denuncian que existen contradicciones entre el discurso de libertad religiosa que promulga el gobierno y la realidad.

“Ciertas declaraciones de eclesiásticos extranjeros en Marruecos no reflejan la opinión de los cristianos marroquíes, ya que los derechos que se les han otorgado a ellos como extranjeros no le asisten a los marroquíes, porque no tenemos libertad de adoración, no podemos tener iglesias, no se nos permite reunirnos para practicar nuestro culto, sea en privado o en público…”, cita el escrito.

Algunas de las acciones que realiza el gobierno para perseguir a los cristianos son interrogatorios, arrestos y detenciones.

La Federación ha solicitado formalmente al gobierno que cesen los métodos de persecución y que se establezcan canales de diálogo con los cristianos. También piden el reconocimiento oficial como grupo religioso y el poder efectuar los cultos libremente.