Iglesia llama la atención por males sociales en RD
8:11Párrocos. Los sacerdotes al momento de ofrecer el sermón de la siete palabras en la Catedral Primada de América |
El padre Manuel Antonio García Salcedo, expresó que además de las dificultades de provocan las escasez de agua, energía eléctrica, así como los caminos difíciles de transitar por falta de vías o de reparación, y de la carencia de proyectos de viviendas dignas.
Ahora a la par de esto se suma la nueva anticultura del ruido, por parte de vehículos que circulan a toda velocidad y con bocinas de propaganda de cualquier tipo, y los famosos colmadones con música a todo volumen, sin regulación por parte de las autoridades competentes, a todas horas del día, al lado de las iglesias, frente a los centros educativos, hospitales y viviendas que no dejan descansar los sentidos de ancianos enfermos y personas que tienen que trabajar arduamente, y que necesitan reponer fuerzas.
Dijo que los moradores del campo, del barrio y la ciudad por este motivo no pueden dormir, orar ni meditar con tranquilidad. El párroco de la iglesia Cristo Rey de los Botados, también alertó a los ciudadanos que irán a las urnas en las elecciones del 16 de mayo próximo, para que seleccionen a los aspirantes que apoyan la vida desde la concepción y rechacen a los que no valoran la creación del ser humano.
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CRITICAN CONTRATO DE MINERA BARRICK GOLD
Monseñor Lorenzo Vargas, quien tuvo a su cargo la presentación de cada palabra y de realizar la oración a Dios luego de la prédica de cada sacerdote, pidió a Señor por los legisladores dominicanos quienes aprobaron un contrato minero que puede contamiar el agua que va a la población. Pidió también a Dios para que el dinero no quite el agua, que es el principal recurso para la vida, “y también déjanos beber de esa agua viva que es Cristo Jesús”, expresó.
En tanto que monseñor Benito Ángeles, citó a quienes podrían sentirse abandonados: niños y jóvenes sin escuelas, ni oportunidades de educación formal o capacitación que les habilite para realizar un trabajo digno y poder preparar la formación de una familia equilibrada.
Campesinos y productores que gritan a voces sin ser oídos, para que sus productos sean consumidos en su país, sin que tengan que darse importaciones innecesarias y que sólo responden a los beneficios de unos pocos.
Ciudadanos que se sienten heridos, maltratados e irrespetados en sus derechos, en una democracia que pareciera deteriorarse progresivamente por su ejercicio político sustentado en intereses y caprichos nada acordes con lo fundamental de la política: la búsqueda irrenunciable del bien común.
Una educación conceptualizada por la calidad, la excelencia y la pertinencia y en la práctica condicionada por la mediocridad de una política económica que en la ilegalidad de la misma ley condiciona los recursos requeridos para la implementación de una educación fuera de toda inequidad social.
El grito de abandono de Jesús en el Gólgota también lo provocan hoy, los países más industrializados y el gran capitalismo con su filosofía neoliberal, que controlan y manejan más poder económico, tecnológico y militar que todo el resto de la humanidad, expresó el prelado en su exposición.
“PADRE, PERDÓNALES PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”
Luego de pronunciar la primera palabra, “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”, el padre Manuel García dijo que la pobreza en que vive el pueblo dominicano es fruto de la falta de proyectos de promoción humana y asistencial, que marca el quehacer de pastores de reconciliación porque han de emplear horas y energías en tareas que debería suplir el Estado. Manifestó que en el campo los niños se quedan solos en sus casitas, mientras las madres vienen a trabajar a la ciudad para poder subsistir. Los ancianos enfermos, abandonados a su suerte, porque los hijos emigran desesperados a las orillas del río, a las cañadas y áreas suburbanas donde nadie quiere vivir por las infrahumanas condiciones de vida posibles, y jóvenes que abandonan los estudios porque no tienen posibilidades de empleos.
“HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”
El padre Fernando Polanco, quien tuvo a su cargo la segunda palabra, “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, aprovechó el Viernes Santo para pedir la humilde actitud del malhechor que aceptó tener a su lado al salvador crucificado. Lo más grande de este pecador no fue que reconociera su pecado, ni que le tocara la santa gracia de estar al lado de Jesús, ni que pudiera pronunciar aquellas palabras de tanta fe “acuérdate de mi cuando estés en tu reino”, ni que defendiera con valor la inocencia y la grandeza de nuestro salvador. Lo más grande fue que su corazón pudo contemplar que en esa cruz tan pequeña y tan terrible estaba clavado el mismo Dios, salvando el mundo. En el calvalrio Dios realizó el paraíso de su amor, para toda la humanidad.
“MUJER AHÍ TIENES A TU HIJO... HIJO AHÍ TIENES A TU MADRE”
El sacerdote Manuel Maza quien tuvo a cargo la tercera palabra en la que Jesús dijo “Mujer ahí tienes a tu hijo”, y luego dijo al discípulo “ahí tienes a tu madre”, manifestó que hoy como ayer las mujeres dan la cara “cuando los hombres nos escondemos”. ¿Cuántas Marías están solas y de pie junto a la cruz de la pobreza? Aquí hay muchos hombres que trabajan duro para llevar unos chelitos a su casa, pero por cada hombre que trabaja duro, hay decenas de mujeres que envejecen más rápido, porque llevan una cruz más pesada. Basta un ejemplo: donde no hay agua, muchas niñas, jóvenes y mujeres tienen que meterle por hombro a la cruz del agua, y balanceando sus latas en la cabeza les cruzarán por el lado a hombres, tan fuertes como indiferentes.
“DIOS MÍO, DIOS MÍO, POR QUÉ ME HAS ABANDONADO”
Monseñor Ramón Benito Ángeles tuvo a su cargo la cuarta palabra que dice Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Explicó que el escenario de abandonados podría convertirse en un rosario de lamentos y en un grito para conducir a la desesperación. Maridos sin trabajo y con niños que lloran hambre, madres solteras que deambulan sin horizontes, pagando con dolor la incumplida promesa de amor que no era amor, sino pasión desenfrenada. Padres buenos cuyos hijos no corresponden, hijos buenos con padres irresponsables. Enfermos abandonados que no tienen seguro, sin medicinas y sin atención dignas que les renueven la esperanza de su actitud. Corruptores y corrompidos que afectan a la sociedad.
“TENGO SED”
La quinta palabra a cargo del padre Modesto Árias Florentino, “Tengo sed” fue expresada por Jesús para que se cumplieran las escrituras. Este párroco consideró alarmante “que parece que la vida ha perdido entre nosotros su grandeza e inviolabilidad debido a los tantos casos de muertes a causa de la violencia de género, por ajustes de cuentas, por problemas internos en el mundo de la droga, por imprudencia en las carreteras, por sicarios y por suicidios”. Dijo que Jesucristo tiene sed de que con voluntad férrea se combata el flagelo de las drogas, ya que ésta como la carcoma, poco a poco está con corroyendo a los diferentes niveles de la sociedad. “No podemos seguirpermitiendo que tantos jóvenes se sigan desmoronando por causa de este mal”.
“PADRE, TODO ESTÁ CONSUMADO”
El padre Faustino Burgos, quien dijo la sexta palabra “Todo está consumado”, manifestó que hoy a lo largo y ancho del mundo se han levantado fuertes corrientes contra la gestación de la vida y que parece mentira que a pesar de tantos adelantos, el ser humano siga dedicando cuantiosas sumas de dinero a favor del aborto. Consideró que pocas veces un problema de repercuciones humanas tan hondas había sido tan manipulado por oscuros intereses políticos e ideológicos. “Al analizar las diversas posiciones, vanas de por sí, uno no sabe exactamente dónde comienzan los intereses políticos de unos y de otros, y dónde termina la búsqueda sincera de una profunda actitud moral”, explicó. Agregó que no se trata de una política de partido, aunque sí lo implica.
“PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”
El diácono Santiago José Lebrón tuvo a su cargo la séptima palabra “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”. Durante su prédica este reverendo, dijo que Jesucristo hoy sigue gritando por los que no tienen voz, por los desamparados, por los hijos abandonados, por los ancianos olvidados, por los que sufren y se sienten no amados, por los hogares rotos por el alcoholismo, por la violencia y el desempleo, por las víctimas de la delincuencia y por los ciudadanos que se sienten desprotegidos de la justicia y de las instituciones públicas. Dijo que la Iglesia también levanta su voz por la falta de oportunidades para los jóvenes que se hacen profesionales y no encuentran empleos, y ve con preocupación el narcotráfico que ha invadido la sociedad.
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