Es uno de los evangelistas de la nueva generación y está impactando una nueva generación de africanos. Andrés palau, de 44 años, el hijo pródigo del evangelista Luis Palau, reunió a cantantes, atletas, trabajadores sociales y miembros de iglesias para un festival evangelístico en la capital de Uganda.

Según los líderes locales, esto podría ser el inicio de algo nuevo en esa empobrecida nación africana.

Más de 200 mototaxis ayudaron a difundir la noticia por todo Kampala. El Festival “Amor a Uganda” fue lanzado así, dirigido a gente que normalmente no iría a la iglesia.

Julius Oyet, del Comité Asesor comenta: “A los que no nos quieren ver con corbata y traje, cargando nuestras grandes Biblias. Los que quieren ver deportes extremos. Los que necesitan servicios médicos”.

Atrayendo a los jóvenes

Un impresionante demostración de deportes extremos atrajo a los jóvenes. muchos nunca habían visto de cerca estos trucos. los organizadores del festival reconocieron la importancia de alcanzar a la juventud de uganda, incluyendo a los que crecieron en las más de mil iglesias de la ciudad.

El Evangelista Andrés Palau dice: “Como en América y otros lugares, corren el riesgo de perder la segunda y tercera generación de una sociedad cristiana, aquellos que se apartan de Dios, que realmente nunca comprenden y abandonan la iglesia, si esta no les ha atraído. Así que les estamos hablando a la nueva generación lo que significa ser un seguidor personal de Jesús”.

Durante el torbellino de reuniones, Andrés Palau presentaba un mensaje sencillo para los ugandeses: “Mi mensaje ha sido que cuando el Hijo te libera, eres verdaderamente libre”, agrega Palau.

Buenas obras

El equipo del festival también predicó el mensaje con buenas obras. Algunos barrios pobre no tenían servicio sanitario hasta que el equipo del festival construyó una letrina pública. En varios precarios, un equipo del festival instaló un tanque para suplir agua potable a los residentes y para reducir las enfermedades transmitidas por el agua.

Los equipos médicos también brindaron ayuda de parte de los cristianos de Kampala.

Dr. Lamech Lumala del Centro Médico de Misericordia dice: “Unas treinta personas llegaron a Cristo a través de eso. Algunos musulmanes, algunos católicos y gente normal. Todos aceptaron la palabra de Dios y estaban emocionados de venir al festival”.

Cientos de niños decidieron seguir a Jesús y tomar una posición de honradéz y carácter cristiano. Muchos jóvenes y adultos tomaron decisiones de fe similares durante los dos días del evento público, que se realizó en un campo abierto.

Los líderes de iglesias esperan que la unidad que surgió al trabajar juntos en el Festival de Palau, continúe en el futuro: “Ya que nos hemos unido, ya que nos vamos a quedar unidos en Kampala, sobretodo, ya que estamos trabajando juntos, esto va a cambiar nuestra nación. Y el Evangelio llegará a un próximo nivel para cosechar almas para el reino de Dios”, añade Oyet.