En la enfermedad

0:33

Señor Jesús, padre y amigo mío:

Quiero hoy abrirte mi corazón y ofrecerte mi enfermedad. Tú has sido un hombre como nosotros, con un cuerpo de carne y hueso como el nuestro. Aunque no nos lo cuentan los Evangelios, sin duda que tú también estuviste enfermo alguna vez. Supiste lo que es la enfermedad y el dolor. Debiste sufrir mucho, tanto física como moralmente. Y comprendiste a los enfermos. Cuántas veces te sentiste conmovido hasta las entrañas ante el dolor y la enfermedad. Y cuántas veces curaste a los enfermos.

Como el ciego de Jericó, yo también te digo desde el lecho de mi dolor: “Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí ”Quiero pedirte también yo un milagro: dame fuerza, ánimo, coraje, paciencia, aceptación de la realidad, optimismo, esperanza y lo que tú creas que más necesito para que sepa sobrellevar esta situación. Si me concedes estas gracias, estoy seguro, Señor, de que a pesar del dolor y de la enfermedad, voy a ser feliz y voy a poder repartir alegrías a los que me rodean. Gracias, Señor: anticipadamente te lo agradezco ya.
Pero recuerdo que tú, según nos dice el Evangelio, siempre exigías una condición para poder curar a los enfermos; que tuvieran FE. Te diré como te dijeron tus discípulos: “Señor, yo creo, pero aumenta mi FE”. Quiero creer, Señor con todas mis fuerzas, con toda mi alma. Quiero confiar en ti. Y quiero ponerme, como tú, en las manos de tu Padre, de nuestro Padre, con una infinita confianza, porque eso: Padre. Aumenta mi FE. Te lo pido por favor.
Con esa misma FE que tú tenías, Señor, quiero decirlo yo también al Padre desde lo más hondo de mi corazón: “Padre, si es posible, que pase de mí este Cádiz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Amen.

Del Libro "Yo los Aliviaré" de José María Vigil

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts