Dios es Amor
0:10El misterio de las relaciones. ¡Nos hablarías acerca de nuestras parejas: esposas, maridos, amantes!
¿Cuando debemos continuar con una pareja y cuando debemos abandonar una relación porque ya no tiene más esperanza o es destructiva? ¿Son nuestras relaciones incluidas por vidas pasadas? La relación es uno de los misterios; y dado que existe entre dos personas, depende de ambos. Allí donde dos personas se encuentran, un nuevo mundo es creado. Por el solo hecho de su encuentro, llega a la existencia un fenómeno nuevo que no ha existido antes. Y a través de ese nuevo fenómeno, ambas personas cambian y se transforman.
Sin relacionarte, eres una cosa; relacionado, inmediatamente te vuelves otra. Una cosa nueva ha sucedido, cuando una mujer se vuelve una amante ya no es la misma mujer, cuando un hombre se vuelve padre, ya no es el mismo hombre. Nace un niño, pero nos olvidamos completamente de una cosa: en el momento en que nace el niño, también nace la madre, esta no existía antes. Existía la mujer, pero no la madre. Y la madre es algo absolutamente nuevo. La relación es creada por ti, pero entonces, a su turno, la relación TE crea.
Dos personas se encuentran y eso significa que dos mundos se encuentran, no es algo simple sino muy complejo, lo más complejo que hay. Cada persona es un mundo en si mismo, un misterio complejo con un largo pasado y un futuro eterno. Al principio solo se encuentran las periferias, pero si la relación crece en intimidad, se vuelve más profunda, entonces los centros empiezan a encontrarse más y más… eso se llama amor.
Cuando se encuentran las periferias, es un “conocido“, tocas a la persona desde afuera, justo desde el borde, eso es un conocido; muchas veces empiezas a llamarœ amor a tus conocidos, entonces estás en una falacia: ser un conocido no es amor. El amor es muy raro. Encontrar a una persona en su centro es pasar tú mismo por una revolución, porque si quieres encontrar una persona en su centro, tendrás que permitir que esa persona llegue también a tu centro. Tendrás que volverte vulnerable, absolutamente vulnerable, abierto. Esto es riesgoso. Permitir que alguien llegue a tu centro es riesgoso, peligroso, porque nunca sabes qué es lo que te hará esa persona, y una vez que todos tus secretos son conocidos, una vez que todo lo que ocultabas queda al descubierto, una vez que quedas completamente expuesto, nunca sabes lo que hará la otra persona.
El miedo está allí, es por eso que nunca nos abrimos. Somos sólo conocidos, y pensamos que el amor ha sucedido. Se encuentran las periferias y pensamos que nos hemos encontrado. NO eres tu periferia, realmente la periferia es el limite donde terminas, la cerca que hay alrededor tuyo, no eres tú, la periferia es el lugar donde tú terminas y el mundo comienza. Hasta los maridos y mujeres que han estado viviendo juntos por muchos años pueden ser solamente “conocidos”. Y pueden no haberse conocido realmente el uno al otro. Y cuanto más vives con alguien, más te olvidas de que los centros han permanecido desconocidos. Entonces, lo primero que hay que entender: no tomes a los conocidos por amor.
Puede que estés haciendo el amor, relacionado sexualmente, pero el sexo también es periférico. A no ser que los centros se encuentren, el sexo es solo el encuentro de dos cuerpos, y un encuentro de dos cuerpos no es TU encuentro. A través del sexo también sigues siendo solo un conocido, físicamente, corporalmente, pero solo un conocido. Puedes permitir que alguien entre en tu centro solo cuando no tienes miedo, cuando no eres temeroso. Por eso te digo que hay dos maneras de vivir: orientado hacia el miedo u orientado hacia el amor. El modo de vivir orientado hacia el miedo nunca puede llevarte a una relación profunda. Permaneces con miedo, y no le puedes permitir al otro que penetre al centro mismo de tu ser, permites que el otro se acerque hasta cierto punto y luego la pared y todo se detiene.
La persona orientada hacia el amor es la persona religiosa. La persona orientada hacia el amor es alguien que no tiene miedo del futuro, alguien que no tiene miedo del resultado y la consecuencia, alguien que vive aquí y ahora. No te preocupes por los resultados, esa es la mente orientada hacia el miedo. No pienses en lo que sucederá a consecuencia de lo que hagas. Permanece aquí, nada más, y actúa totalmente. No calcules. Un hombre orientado hacia el miedo esta siempre calculando, planeando, haciendo arreglos, poniéndose a salvo. Toda su vida se pierde de esa manera.
He oído la historia de un viejo monje Zen. Estaba en su lecho de muerte. Había llegado el ultimo día y declaro que esa noche ya no estaría mas. Entonces empezaron a llegar los seguidores, los discípulos, los amigos. Había muchos que lo amaban y todos empezaron a llegar. Se reunió gente de todas partes; uno de sus viejos discípulos, al oír que el Maestro estaba por morir,corrió hasta el mercado. Alguien le preguntó: “El maestro esta muriendo en su cabaña, ¿por qué vas al mercado?” El viejo discípulo dijo: “Sé que mi maestro adora un tipo especial de torta, así que voy a comprarle esa torta”. Era difícil encontrar la torta porque ya no estaba de moda, pero para la noche se las arregló para encontrarla. Llegó corriendo con la torta. Y todos estaban preocupados: era como si el maestro estuviese esperando a alguien. Abría los ojos y miraba y cerraba los ojos de nuevo. Y cuando ese discípulo llego dijo: “Bueno, así que has llegado. ¿Donde esta la torta?”. El discípulo saco la torta…y estaba muy feliz de que el maestro hubiese preguntado por ella; muriendo, el maestro tomo la torta en sus manos, pero sus manos no temblaban; era muy viejo, pero sus manos no estaban temblando.
Entonces alguien le preguntó: “Eres tan viejo y al borde de la muerte. Estás por dar el último aliento pero…tus manos no están temblando”. El maestro dijo: “nunca tiemblo, porque no tengo miedo. Mi cuerpo ha envejecido pero yo todavía soy joven y seguiré siendo joven aun cuando mi cuerpo no”. Luego tomó un pedazo y empezó a masticar la torta, y entonces alguien le preguntó: ”¿Cual es tu último mensaje, Maestro? Pronto nos dejarás. ¿Que es lo que quieres que recordemos?”. El maestro sonrió y dijo: “ah, esta torta es deliciosa!”
Este es un hombre que vive aquí y ahora: esta torta es deliciosa, hasta la muerte es irrelevante. El próximo momento no tiene ningún sentido, en este momento la torta es deliciosa. Si puedes estar en este momento, este momento presente, esta plenitud, sólo entonces puedes amar. El amor es un raro florecimiento. Sólo a veces sucede. Millones y millones de personas viven en la falsa actitud de que son amantes. Creen que aman, pero eso es sólo su creencia. El amor es un raro florecimiento y es raro porque puede suceder solamente cuando no hay miedo, nunca puede suceder antes. Eso significa que el amor puede sucederle solamente a una persona profundamente espiritual y religiosa. El sexo es posible para todos, los conocidos son posibles para todos, pero el amor no. Cuando no tienes miedo, entonces no hay nada que ocultar, entonces puedes ser abierto, puedes retirar todas tus fronteras y puedes invitar a la otra persona a penetrar en ti hasta el centro mismo.
Y recuerda, si permites que alguien penetre en ti profundamente, el te permitirá entrar en el, porque cuando permites a alguien que penetre en ti se crea una confianza; cuando tú no tienes miedo, el otro también se vuelve libre del miedo. En tu amor, el miedo está siempre presente. El marido tiene miedo de la mujer,la mujer tiene miedo del marido. Los amantes siempre tienen miedo, entonces no es amor. Es solo un acuerdo entre dos personas temerosas que dependen el uno del otro, peleando, explotándose, manipulándose, controlándose, dominando, poseyendo…pero no es amor. Si puedes permitir que el amor suceda, entonces no hay necesidad de la plegaria, no hay necesidad de meditaciones, no hay necesidad de ninguna iglesia, de ningúntemplo. Si puedes amar, puedes olvidarte completamente de Dios, porque a través del amor todo te habrá sucedido: la meditación, la plegaria, Dios, todo te habrá sucedido.
Eso es lo que Jesús quiere decir cuando anuncia: Dios es Amor. Pero el amor es difícil. Debes abandonar el miedo. Y lo extraño es que tienes tanto miedo y no tienes nada que perder. .
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