Un minuto con Dios

0:00

Los medios de comunicación social han llegado a penetrar de un modo absorbente hasta nuestra mayor intimidad.

Estamos todo el día oyendo cosas, palabras, músicas, consejos, discursos, reclamos, etc…

Palabras, palabras y nada más que palabras, según reza el canto del folklore.

Se organizan reuniones de todo tipo, conferencias, a nivel comunal, nacional, internacional.

Se habla mu­cho, quizá demasiado.

No estará mal todo esto; pero no olvidemos que las obras no se realizan por los que hablan mucho, sino por los que hacen algo al menos.

Y, cuando esas obras tienen proyección espiritual, recordemos que las obras de Dios no las realizan los que hablan, sino los que dan todo por Dios y por los hermanos.

“A todos los cristianos se impone la gloriosa tarea de trabajar para que el mensaje divino de la salva­ción sea conocido y aceptado en todas partes por todos los hombres” (AA, 3).

El apostolado no es algo opta­tivo; es algo exigitivo del propio Bautismo y de la Con­firmación; cuando, pues, ejerces tu acción apostólica, no pienses que estás haciendo algo más de lo que te corresponde; al contrario, no estás haciendo otra cosa que cumplir con tu estricta obligación de bautizado y de confirmado, que ha recibido al Espíritu Santo.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts