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La fe puede contra el temor

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Se ha dicho que el temor es hasta cierto punto normal y una parte aceptable de nuestras vidas. Incluso se puede escuchar a personas decir, “No es malo sentir un poquito de temor.” Sin embargo no quiero hablarles del temor meramente físico, ese sentimiento reflejo e inconsciente que sufre nuestro cuerpo ante un evento inesperado como cuando algo nos va a caer encima o un perro feroz se nos aproxima o un automóvil viene en nuestra dirección. En esta ocasión vamos a hablar del temor interno, ese temor que perturba nuestros pensamientos y causa sensaciones desagradables y tormentosas en nuestra vida diaria.


Primero que todo el temor fuera del plano físico no deberíamos llamarlo normal, pues el temor desde una perspectiva cristiana es lo opuesto a la fe, pues es sucumbir ante las emociones y sensaciones negativas que produce el creer o atribuirle poder a algo o alguien opuesto a lo que dice la palabra de Dios. El temor no es solo un sentimiento, es una fuerza de opresión, para los que en algún momento de nuestras vidas sufrimos de temores de considerable nivel sabemos que el sentimiento es horrible, es asfixiante y no se haya la manera de quitarlo, pareciera como una tinta imborrable en nuestra piel que no se quita con nada.

La Palabra de Dios nos dice que el temor no es algo que Dios ha destinado para nosotros.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.( 2 Timoteo 1:7)
El vivir en temor le mantiene siempre en expectativa de desastres y calamidades porque de la misma manera que la fe le conecta a las promesas de Dios, el temor le conectará a las cosas que usted más teme. Cuando usted opera en temor, se predispone a recibir aquellas cosas que le roban el sueño.

Si examinamos el temor y el impacto que causa en nuestras vidas, es importante que consideremos también las palabras y su poder creativo. Las palabras son recipientes espirituales que están llenos de fe o de temor. Las palabras de fe son alentadoras, llenas de esperanza y están apegadas a la Palabra de Dios, pero por el contrario, las palabras de temor están llenas de dudas, incredulidad, miedo y desesperación. Las palabras llenas de temor van en contra de lo que Dios ha dicho en Su Palabra para su vida y estas obstaculizarán las cosas buenas que Él ha planeado para usted.

Es muy importante que nuestras palabras estén en armonía con la Palabra de Dios si queremos vencer al espíritu de temor cuando trata de atacarnos, pues este llega de tiempo en tiempo a hacernos visita a ver si estamos descuidados, pero las palabras llenas fe nos aseguran que las promesas de Dios siempre están a nuestro favor y estas nos hacen estar tranquilos.
El propósito del temor es que usted no experimente todo lo que Dios ha prometido en Su Palabra, pero lo bueno es que ya Él le ha librado de ello. Si usted está en comunión con Dios, no tiene por qué ser gobernado(a) por ninguna artimaña del temor.
En Hebreos 2:14-15 El autor dice,
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
El temor es la herramienta principal que el diablo usa para destruir las vidas de las personas. Pero la habilidad del enemigo no es nada para el que está en Cristo Jesús. Usted ya no está sujeto(a) al temor, Jesucristo venció para darle libertad.

Según La Palabra de Dios hay una manera de acabar con el temor en su vida si se encuentra luchando con este mal.
1 Juan 4:18 dice,
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Cuando usted y yo llegamos a comprender el amor, y entendemos que la naturaleza de este amor procede de Dios, usted echa fuera todo temor.  ¿Pero cómo es esto? Cuando usted y yo entendemos que Dios no desea ningún mal para usted ni para mi, y comprendemos que sus pensamientos son de paz para con nosotros y que Él ha prometido estar con nosotros hasta el fin y ha prometido cuidarnos y socorrernos, podemos reposar en paz y vivir tranquilos, es cuando nos olvidamos de ese amor tan grande que las cosas nos parecen agobiantes e imposibles.

Nuestra fe radica en el entendimiento de que Él perfecto amor de Dios cuida nuestra existencia y que no hay nada que temer pues nuestro Dios está en control, esta seguridad del amor divino es la base de nuestra fe cristiana, pues “de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda, más tenga vida eterna”.

Esta confianza en el amor de nuestro creador es la herramienta más eficaz para erradicar cualquier opresión o duda que esté oprimiendo nuestra alma, pues cualquier situación que usted pueda estar pasando y que le este causando temor y ansiedad, no podrá contra usted si usted tiene su fe firme en que el Dios de amor esta en control de esa situación y le dará la paz en medio de esa prueba y con ella finalmente la victoria.

Al deshacernos del temor en nuestras vidas, limpiamos el camino de obstáculos e interferencias para nuestra vida de fe. Entonces podremos caminar en las promesas de Dios sin estorbos de que alguien o algo nos lo vaya a arrebatar. Al permitir que el amor de Dios crezca en nosotros, este amor sostendrá nuestra fe y nos preparará para recibir las bendiciones de Dios: sanidad, liberación, seguridad, provisión, etc.

En medio de las pruebas, resistamos el temor. No importa lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor yo le insto amigo(a) a que resista el temor con todo. Confiese la Palabra de Dios sobre su situación hasta que usted empiece a ver las cosas cambiar. Manténgase firme en las Escrituras las cual le ayudarán en el desarrollo de su fe. Empiece a agradecer y a alabar a Dios por lo que Él ya ha hecho en su vida. Tenga confianza en Dios y Su Palabra y no permita que el temor contamine su fe.

Si usted está decidido a vivir una vida de fe y a negarse a vivir bajo el temor, dígaselo a Dios con fe y haga esta oración conmigo:
Padre celestial yo sé que tú me amas y hoy me presento ante ti tal como soy, una criatura tuya más que padece opresión como todos y que necesita hoy más que nunca de tu protección y de tu ayuda. Señor en este día yo confieso que quiero caminar por fe y con fe en tu Santa Palabra, y que ya no quiero ser mas esclavo(a) del temor, hoy declaro que no viviré mas esclavizado(a) por la opresión del enemigo y que a pesar de la situación yo seguiré confiando en tu palabra con la ayuda de tu Santo Espíritu, hoy renuncio a toda vil mentira de Satanás y me someto a ti Señor Jesús, creyendo que tu suplirás todas mis necesidades y me darás el entendimiento y la fuerza necesaria para salir victorioso(a). Yo reconozco que mi Dios es más grande que mi problema y que no hay nada imposible para aquel que cree, en el nombre de Jesús, ¡Amén!
Estemos firmes hasta el fin, ya falta poco. El Señor está cerca, Dios le bendiga,
 JC Sancho

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