De qué raza era Jesús?
1:53Pregunta: "De qué raza era Jesús?"
Respuesta: Aunque la Biblia no describe la apariencia física de Jesucristo como ser humano, sabemos que nació en Belén y se crió en la ciudad de Nazaret en Galilea, al norte de Israel (Mateo 2:1; Lucas 2:4-7; 4:16; Juan 7:42). Por lo tanto, Jesucristo fue un hombre judío hebreo de Oriente Medio.
Al rastrear la genealogía de Cristo, descubrimos también que Jesús era un judío multiétnico. Su linaje presentaba rasgos de varias razas y líneas culturales, incluyendo la moabita a través de Rut y la cananea a través de Rahab.
Las primeras imágenes de Jesús correctamente lo describen con una tez oscura. Pero a principios de la Edad Media, los artistas comenzaron a pintarlo con rasgos europeos tales como piel clara, barba y cabello largo y castaño claro. Sin embargo, como un hombre del Medio Oriente, Jesús seguramente habría tenido cabello oscuro, de piel morena y rasgos judíos. Y, como hijo de un carpintero, probablemente estaba profundamente bronceado por el sol.
A lo largo de la historia y en cada cultura, las personas tienden a retratar a Jesús como alguien de su propia raza. Quizás esta es una razón por la que Dios eligió guardar silencio en Su Palabra respecto al color de la piel de Jesús. La Biblia enseña que Dios creó las diversas razas del mundo e hizo que cada una de ellas fuera única (Hechos 17:26-27). Nuestro Señor, Jesucristo, se identificó con las personas de todas las razas (Mateo 28:19). Dios Padre ama a todas las personas y envió a Su Hijo para salvar al mundo (Juan 3:16-17; Apocalipsis 5:9).
Algo más importante que identificar la etnia racial de Cristo es entender Su misión, que incluía formar parte de la raza humana (Juan 1:14; Filipenses 2:6-7). En un mundo en el que la raza a menudo divide a la gente, Jesucristo vino para unir a las personas en la fe y el amor (Juan 13:34; Colosenses 1:4). Dios quiere que nos aceptemos los unos a los otros en nuestras diferencias (Gálatas 5:22).
La raza y la herencia nacional desaparecen en el fondo cuando los miembros del cuerpo de Cristo asumen su más valiosa identidad como hijos de Dios con una ciudadanía compartida en el cielo (Filipenses 3:20). Luego podemos estar de acuerdo con el apóstol Pablo, que dijo: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28; véase también Efesios 2).
Quizás en vez de preguntar "¿De qué raza era Jesús?" deberíamos preguntarnos "¿Para qué raza era Jesús?" La respuesta rotunda es: para toda la raza humana.
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