El líder cubano, Raúl Castro, estuvo anuente a buscar una solución a la situación de los presos políticos en una reunión con la jerarquía de la Iglesia Católica, que sirve de mediadora entre el gobierno y la oposición.

"Fue una reunión muy positiva", dijo el jueves a la AP monseñor Dionisio García, arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, que participó en el encuentro.

García dijo creer que se tratará de "un proceso", en relación a la posibilidad de alcanzar un acuerdo para la liberación de presos políticos, que según datos de la oposición serían unos 200.

Según el prelado se habló de "la realidad cubana" y reconoció que entre los temas abordados "sí" estuvo la situación de las Damas de Blanco, una treintena de esposas de disidentes presos desde 2003 que marcha los domingos luego de escuchar misa en una parroquia capitalina.

Las mujeres realizaron su caminata domingo tras domingo en los últimos siete años, pero en marzo y en medio de un debate internacional sobre los derechos humanos en la isla tras la muerte de un opositor se les informó que debían pedir un permiso para sus manifestaciones.

Aunque tras el triunfo de la revolución de 1959 hubo tensión entre las autoridades y la iglesia católica, muchos de cuyos jerarcas realizaron acciones en contra del gobierno, las relaciones comenzaron a mejorar en la década de los años 90.

Algunas demandas eclesiales como la educación religiosa o el acceso a los medios de comunicación siguen vigentes; así como las diferencias en torno al aborto, legal en Cuba y rechazado por los católicos.