¿Quién eres para mí?
7:10Esta pregunta se la podríamos hacer hoy a los miles de jóvenes que se han reunido en España para orar y reafirmar su fe y, también, a nosotros mismos. El Señor de la Vida y de la Historia, al enviar a los suyos, nos agrupó en una sola familia. Pedro es la cabeza de esta familia, en la que, junto con los doce, irá aplicando el mensaje del Señor según los tiempos.
Estos jóvenes regresan a sus países llenos de fe, esperanza y amor. Desde su experiencia han descubierto que es posible construir un mundo de paz y ser testigos en el quehacer cotidiano de su amor a la Iglesia. Ellos saben que todos somos Iglesia y no se sorprenden de sus deficiencias pues ningún ser humano es perfecto.
Llevamos el tesoro de Dios en “vasijas de barro”. Se van convencidos de que están llamados a ser testigos del amor del Padre.
Tuve oportunidad de contactar con dos chicas alemanas; ellas no sabían español y yo no sé alemán, pero nos entendimos en inglés. Estaban fascinadas por todo lo descubierto, no sólo a nivel de fe, sino a la solidaridad y alegría de la acogida que recibieron en familias católicas de España.
Realmente somos una gran familia, decían. Quieren ser testigos de lo que “han visto, escuchado y contemplado” acerca del Cristo vivo, lo han percibido en cada gesto humano y a la vez divino, que han recibido. La Virgen les acompaña y darán testimonio de Jesús y de la Iglesia en sus respectivos ambientes.
Han sentido que la misión de Pedro vale para todos, así se expresaban. Trabajan en dos parroquias distintas y en diferentes ciudades. Al preguntarles: ¿Quién es para vosotras Jesucristo? Otras personas anónimas se añadieron a las respuestas: “Mi roca, mi energía creadora, mi alegría, mi fortaleza, mi paz”. “ÉL es el promotor de mi vida, de mis sueños lúcidos y despiertos; me da alas para remontar el vuelo y buscar horizontes nuevos. En España he descubierto la fe junto a otros jóvenes”.
“Quiero vivir riesgos por Ti. Día a día me levantas para que siga creyendo que otro mundo, otra sociedad es posible; estos días has cincelado en mi corazón lo que quiero vivir y lo has grabado en el tuyo”.”Quiero ser testigo, ser luz para los que caminan en tinieblas y cauce de misericordia para los que todavía no le han descubierto”.
¿Y para nosotros adultos que estamos leyendo esta columna: Quién dicen que soy YO? Jesús nos lo sigue preguntando...
Hay una respuesta anónima que se expresa así: “Es hora de ser tu testigo, Señor del alba.
Teresa Valentí Batlle M.C.J.
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