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1ra Pedro 2,2 “Como niños recién nacidos, busquen la leche no adulterada de la
Palabra; gracias a ella crecerán y alcanzaran la plenitud”.
La organización Mundial de la Salud asegura que hay 170 millones de niños en el mundo con falta de peso y de ellos cerca de 3.000.000 mueren cada año, por falta de alimento. Es triste pero es realidad el deceso de tantos niños por que no tienen el alimento necesario para sobrevivir.
Alimentar nuestro cuerpo es muy importante para no morir de hambre. Espiritualmente también debemos alimentar nuestra alma y la mejor manera es buscando la leche no adulterada de la Palabra de Dios.
Este precioso libro llamado Biblia al cual todos los cristianos, admiramos y reverenciamos, tiene alimento eterno para nuestras almas, La palabra de Dios, es la luz que guiara nuestros pasos (salmo 119,105) leerlo nos dará inteligencia (salmo 119,104)
¿Cómo purificará su camino la juventud de hoy que escucha diversas doctrinas? Basta con que cumpla y obedezca la palabra de Dios (Salmo 119,9)
Toda Escritura esta inspirada por Dios y es útil para enseñar, rebatir, corregir y guiar en el bien. Así el hombre de Dios se hace un experto y queda preparado para todo trabajo bueno. (2da Timoteo 3,16)
Que hermosas y poderosas las palabras que le dijo San Pablo a Timoteo:-
“Además, desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras. Ellas te darán la sabiduría que lleva a la Salvación mediante la fe en Cristo Jesús.” (2da Timoteo 3,15)
Los primeros cristianos eran muy conocedores de la Palabra de Dios.
Pero hoy día más de uno se parece y se siente quizás identificado con la siguiente anécdota
Un muchacho notó que en su casa había un libro lleno de polvo encima de un estante alto. Eso despertó su curiosidad por lo que le preguntó a su madre . Avergonzada, la madre explicó precipitadamente: -¡Ah!, es una Biblia. Es el libro de Dios. El muchacho pensó por un momento y luego dijo:- "Bueno, mamá, si es el libro de Dios, ¿por qué no se lo devuelves? Aquí nadie lo usa."
En la mayoría de los hogares, la Biblia apenas se lee. En realidad, la gente casi no repara en ella, apenas la nota o ni piensa en ella. La única vez que la leen es cuando hay enfermedad o muerte en la familia. Y aparte del Salmo 23, es muy probable que la persona no sepa dónde buscar la ayuda que necesita.
¿Cuánto tiempo hace que no LEES tu Biblia? Sí, la Biblia, es el libro de Dios. Él no quiere que se lo devuelvan. Quiere que lo leas, que lo conserves, lo valores, lo entiendas, que creas en su palabra, y que obedezcas su mensaje.
¿Quieres ser dichoso y feliz? Pues sencillamente lee y medita en la palabra de Dios noche y día dice el salmo 1,2. Todos los días antes de leer la Biblia, pídele y dile al Espíritu Santo.
Espíritu Santo, ENSEÑAME TU PALABRA, GUIAME por medio de ella, HAZME CONOCER LAS GRANDES RIQUEZAS QUE EXISTE EN TU MENSAJE. Quiero experimentar la dulzura de tu palabra ansió decir como el salmista “A mi paladar son dulces tus palabras, mas que la miel para mi boca” (Salmo 119,103).
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