Solo una pregunta

7:25

La hizo el Señor, aquí va:
“A ver, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero diciéndole: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Le contestó: “No quiero,” pero después recapacitó y fue.
Se acercó el segundo y le dijo lo mismo. Este contestó: “Por supuesto, señor”, pero no fue. “¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?”.
(Mateo 21,28-30)
La respuesta está clara: quien cumplió la voluntad de Dios fue el primero. Este, a pesar de que no tenía ganas de ir, fue. No actuó según lo que sentía él, sino según lo que él decidió hacer. Y la razón de su decisión fue el deseo de complacer a su padre.
Permítame repetir está última frase:
La razón de su decisión fue el deseo de complacer a su padre. Aquí cabría otra pregunta: ¿Cuál de los dos fue más feliz...? ¿El primero o el segundo...? Es aquí donde está el mensaje de hoy para usted y para mí. El Señor nos está enseñando que la persona se realiza y se valora cuando actúa según lo que decide, y no según lo que siente. Es lo que hizo el segundo: no tenía ganas, pero complació al Padre, por amor a Él.
La gran sorpresa y alegría del que decide guiarse de la Palabra de Dios, tenga ganas o no, es que descubre que todo era para su bien, porque esa era, precisamente, la vía para su auténtica felicidad.
LA PREGUNTA DE HOY ¿ACASO SER CRISTIANO SIGNIFICA UNA CONSTANTE AUTONEGACIÓN Y UNA VIDA DE SUFRIMIENTO?
Si el deseo de Dios fuera que viviéramos sufriendo, Dios no sería amor, sino exigencia; no sería compasión, sino dureza. ¡Nada más desatinado y absurdo! Henri Nouwen, consagrado autor de libros sobre la Sagrada Escritura, afirma: “Toda la vida y la predicación de Jesucristo estuvo dirigida a un único fin: revelarnos que Dios es un Padre amoroso”.
Esta es la verdad acerca de Dios y no otra. Y Juan Pablo II ha dicho que descubrir que Dios es un padre amoroso: “Es la primera fuente de alegría y esperanza”.
Dios es amor, y quien ama quiere que el amado sea feliz. El evangelio bien entendido es un manual de felicidad, de donde podemos extraer no solo luz, sino fuerza para ser auténticamente felices como adultos libres.
Toda la Biblia, y especialmente el Nuevo Testamento, podría muy bien llamarse “Manual de la auténtica felicidad humana”.
En un reciente viaje al extranjero, encontré esta frase en una catedral.
A mí me ha servido. Quizás a usted le pase lo mismo.
‘’Buenos días. Te habla Dios.
Yo estaré manejando todos tus problemas hoy, y no necesitaré tu ayuda.
Así que recibe mi paz y ten un día feliz’’
Luis García Dubus

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