Tu eres importante
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“Porque tú vales mucho a mis ojos, y porque te he amado yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos” (Isaías 43,4)
En algún momento o etapa de nuestra vida pensamos que somos insignificantes, creemos que no valemos nada. Las situaciones adversas, el rechazo y la traición por parte de las personas en las que depositamos nuestra confianza nos hace vivir como seres sin valor. En esos instantes brotan de nuestros labios frases como:
“No sirvo para nada” “Yo no valgo nada” “Para que nací” “No le importo a nadie” “Nadie me quiere”
Dicen que un día Don Frustrado se quejaba ante uno de sus amigos diciéndole:
-Cada año que pasa soy más insignificante para mi esposa.
¿Por qué dices eso? Pregunta su amigo.
Don Frustrado con palabras de frustración como su nombre lo indica dice:
-Si te digo que cada año que pasa soy más insignificantes es por lo siguiente:
El primer año de casado mi esposa me decía que yo era un perro.
Al tercer año resulta que ya no era un perro, ese año comenzó a decirme que yo era un insecto.
Y este año en el séptimo año de matrimonio, ya no soy un perro, ya no soy un insecto ahora me dice que soy un microbio. Por eso afirmo que cada año pierdo valor, cada año soy más insignificante.
¿Usted se siente insignificante?
Probablemente nuestra vida este así, hemos entregamos lo mejor de nuestro tiempo a la iglesia, a nuestra esposa (o), familiares y amigos, con el paso de los años para todos ellos nos hemos vuelto insignificantes, día tras día nos miran con desprecio, las personas a las que queremos nos ven como personas sin valor.
Si usted, experimento momentos y acontecimientos en los que brotaron de sus labios “a mí nadie me quiere” “No sirvo para nada” “No valgo nada” “Soy insignificante”. Le comento que no es el único, a mí también me ha sucedido.
Queridos hermanos me emociona compartir esta buena noticia con ustedes: “Su vida vale mucho para Dios”. Cuando usted cree que nadie lo quiere Dios le dice “Porque tú vales mucho a mis ojos y porque te he amado, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos.”(Isaías 43,4)
Cuando los demás comiencen a verlo insignificante, Dios quiere recordarle que: “Cielo y tierra creo pensando en usted” “Entrego a su hijo en la cruz, Cristo murió por usted y por mí para hacernos valiosos ante Dios,” La sangre de Cristo quiere lavarnos, quiere limpiarnos de todo pensamiento que nos hace creer que somos insignificantes.
Dos jóvenes querían conquistar el amor de una muchacha, uno de ellos imprimió la siguiente frase en su vestimenta: “Yo amo a María” el otro conquistador seguro de conseguir el amor de María escribió en su vestimenta: “María me ama” ¿Cuál de los dos cree que consiguió el amor de María?
Usted vale mucho para Dios, no porque usted lo ame, no es porque usted le diga todos los días “te amo”, Usted vale, usted es importante para Dios, su vida cuenta porque “DIOS LO AMA”
¿Usted se siente
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