En Medio De La Tormenta
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¿Qué hacer en esos momentos de la vida en la que parece que estamos en medio de la tormenta?
¿Por qué Dios permite esos momentos de la vida? ¿No le importa si estamos sufriendo? ¿No le importa si se hunde el barco?
Mientras que en un barco, el Andrea Gail, llenan sus bodegas
con pescado, dos enormes tormentas, una de origen frío en el continente y otra
de origen caliente en las cercanías de la isla Sable, se fusionan
desencadenando una monstruosa supertormenta que se interpone entre el barco, y
su destino. ¿Vio la película? Se llama “La Tormenta Perfecta”
Menciono esto, porque tal parece que muchas ocasiones de
nuestras vidas nos encontramos en esa misma situación, estamos muy bien,
llenando nuestras bodegas de éxito, felicidad, etc. Hasta que aparece una
monstruosa tormenta que viene arrasando con todo, e incluso en el intento de
salvarla, nos vemos obligados a arrojar la carga para no hundirnos y quedarnos
casi o sin nada.
Alguien en una ocasión me dijo: “Vivir es sufrir”, desde el
nacimiento se sufre al salir de un lugar seguro (el vientre de mamá) para abrir
los pulmones y sentir un golpe en el pecho en el momento en que tienes que
comenzar a respirar oxígeno.
Tal parece que lo que dijo un día un profeta, se cumple: “Sufrir,
me tocó a mí en esta vida”. Pero, ¿por qué las pruebas? ¿Por qué Dios permite
que esto le esté pasando a usted o a mí? ¿Será que a Dios no le importa que su
barco se esté hundiendo?
1. Primera
Experiencia
“Cierto día Jesús les dijo a sus discípulos: «Crucemos
al otro lado del lago». Así que subieron a una barca y salieron. Mientras
navegaban, Jesús se recostó para dormir una siesta. Pronto se desató una
tormenta feroz sobre el lago. La barca se llenaba de agua y estaban realmente
en peligro.” (Lucas 8:22-23)
·
Jesús dijo pasemos. ¿Por qué los llevaría a dónde había peligro? ¿Por qué me pasa esto a
mí? (Salmos 11:5)
·
Jesús se durmió y comenzó la tempestad y la barca
se llenaba de agua. Hay momentos en los
que parece que Dios está distante, y es justo cuando los problemas aparecen.
·
Realmente había peligro (Lucas 8:23). El peligro es
verdadero, estamos perdiendo todo con tal de evitar que nos hundamos. ¿Qué Dios
no se da cuenta que es lo que está pasando con mi vida, con mi familia, con mi
salud?
·
¿No le importaba a Jesús que murieran? (Marcos 4:38). La pregunta obvia ¿Será que a Dios no le importa ver por lo que estoy
pasando? ¿Será un castigo por todo lo malo que he sido y por eso no hace nada?
·
¿Todavía nos falta fe? (Mateo 4:40). Finalmente verás
como Dios hace aparición, con actos maravillosos, increíbles, sobrenaturales.
¿Te falta fe para creerlo?
2. Segunda
Experiencia, Y Va De Nuevo
Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la
orilla del lago para esperarlo; pero al ver que caía la noche y que Jesús aún
no había vuelto, subieron a la barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a
Capernaúm. Poco después, se levantó un viento fuerte sobre ellos y el mar se
agitó mucho. (Juan 6:16-18).
·
Los discípulos deciden pasar el
lago, ya que Jesús se había demorado. Muchas
ocasiones nos desesperamos al no ver que Dios no actúa.
·
Pero les agarra la noche a mitad
del camino (Juan 6:17-18). ¿Qué no ya habíamos pasado por esto? ¿Pero
ahora de noche, oscuro, sin saber cuánto falta para llegar a la orilla, con
olas chocando contra el bote con la intención de voltearlo? ¿Por qué ahora más
difícil?
·
Jesús no iba con ellos, se quedó
atendiendo asuntos más importantes (Mateo
14:23). En varias ocasiones pensamos
que Dios tiene cosas más importantes qué hacer, o personas más consagradas que
atender. Que no pierde su tiempo con nosotros.
·
Te has equivocado (Marcos 6:48). ¡Sí! Jesús venía a la distancia, observándoles, cuidándoles. Siempre
estuvo al tanto de ellos, ¡no les había dejado solos! No se quedó del otro lado
atendiendo sus asuntos, venía cerca de ellos asegurándose de que llegaran bien
al otro lado. ¿Por qué?
·
Los discípulos reman contra la
adversidad (Marcos 6:48). Jesús sabía que ellos podían contra esta
adversidad. Dios nos ha dado habilidades, talentos que sólo salen cuando
estamos en medio de las pruebas. Y que si tenemos bien puesta nuestra fe en Él,
podremos sortearlas, porque podremos darnos cuenta que Él va a nuestro lado. Es
más, quizás hasta te sorprendas cuándo lo veas actuar, tal y como los
discípulos se asustaron creyendo que era un fantasma.
·
No temas (Juan 6:20). En el momento en que los discípulos ya estaban
angustiados, quizás a punto de rendirse fue el momento en que Jesús se
manifestó, asustándoles por la manera en que venía hacia ellos. Es que Dios
siempre aparece en el momento más preciso. Pero algo más.
·
Ya falta poco (Juan 6:21). Al subir Jesús a la barca
no sólo se calmó el viento, sino que llegaron inmediatamente a su destino. ¡Ya
les faltaba poco! Es como si Jesús llegara diciendo: ¿Ya ves? ¡Ya lo has
logrado!
CONCLUSIÓN
1. Primera
tormenta: mi mamá (falleció de cáncer).
a. Yo dije:
¿Dios no te importa que esté muriendo mi mamá?
b. Dios dijo:
“¿Te falta fe para creer que tu mamá estará mejor conmigo?”
2. Segunda
tormenta: mi hija Vania (fue hospitalizada a los 8 días de nacida con una infección en todo su cuerpo).
a. Yo dije:
¿Otra vez? ¿Qué no ya habíamos pasado por esto? Está bien, ¡Señor hágase tu voluntad!
b. Dios dijo:
“¿Ya ves? ¡Lo has logrado!”
3. ¿Has
pensado que a Dios no le importa tu situación? Dios sí está interesado en ti. Él está contigo en la barca, pero no
hace nada porque aunque sí hay peligro, la barca no se hundirá. Si no ves
moverse a Dios, échate a dormir tú también.
4. ¿Has
pensado que Dios te abandonó? ¿Estás a punto de renunciar? Dios va a tu lado, todo el trayecto te ha acompañado. Jamás te dejará,
pero ya estás a punto de llegar y hoy te dice: ¡Falta poco! ¡Aquí estoy
contigo! ¡Ya casi!
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