­

Un minuto con Dios

0:00

Te quejas de que tienes que hacer muchas cosas; te debes prodigar hasta el desgaste; llevas adelante no po­cas responsabilidades; tú mismo te enfrascas en no sé cuántas cosas.

No te digo que esto esté mal; si eres alma grande, si eres alma generosa, nunca pondrás límite a tu acción en pro de los demás y cuando se trata de hacer algún bien; no está mal; puede estar incluso muy, pero muy bien; al fin eso puede llegar a ser: darse y darse sin retaceos.

Pero deseo hacerte reflexionar que en ocasiones ese hacer sin medida y sin control puede resultar contra­producente con relación a la calidad de tu acción.

¿No crees que sería mejor hacer muy bien una sola cosa que hacer muchas imperfectamente?

Quizá sea preferible contraerse a menos cosas, pero realizarlas con mayor perfección; no abarcar tanto, pero ser más res­ponsable en las cosas que uno toma como obligación.

“Te afanas y te preocupas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola” (Lucas, 10, 41-42).

Piensa si a lo mejor estás preocupándote mu­cho por ciertas cosas, y quizá estás descuidando lo prin­cipal, que es la fidelidad al amor del Señor.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts