Para el terrible lance de la muerte
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OH Jesús; yo me presento ante Vos con un corazón deshecho, humillado y como reducido á cenizas. Os encomiendo mi última hora y lo que debe seguir a ello.
Cuando mis ojos oscurecidos y turbados por la cercanía de la muerte, volverán tristes y moribundas miradas hacia el cielo, Jesús misericordioso, tened piedad de mi.
Cuando mis labios fríos y trémulos por última vez pronunciarán vuestro Nombre, Jesús misericordioso tened piedad de mi.
Cuando mis mejillas pálidas y lívidas inspirarán a los circunstantes, la compasión y el terror, Jesús misericordioso tened piedad de mi,
Cuando mis cabellos empapados en el sudor de la muerte, me anunciarán mi cercana, disolución. Jesús misericordioso tened piedad de mi
Cuando mis oíos á punto de cerrarse para siempre a los discursos de la tierra, temblarán al oír la voz que pronuncie el decreto fulminado contra los hombres. Jesús misericordioso. Tened piedad de mi.
Cuando mis pies inmóviles me harán advertir, que este para acabarse mi carrera en este mundo.
Jesús misericordioso....
Cuando mi imaginación azorada por fantasmas sombríos y aterradores me sumirá en una tristeza mortal
Jesús....
Cuando mi débil corazón, agobiado ya por el dolor de la enfermedad, se verá presa de los horrores de la muerte, y desgarrado por los esfuerzos que tendrá que hacer contra los enemigos, de su salud y su apoyo a la vida
Jesús....
Cuando mis parientes y mis amigos reunidos á mi alrededor se enternecerán por mi situación, y os invocarán para mi.
Jesús....
Cuando habré perdido ya el uso de mis sentidos, y el mundo habrá ya desaparecido para mi
Jesús.....
Cuando derramaré las últimas lágrimas, recibidlas en expiación, á fin de que santificado por vuestra gracia expire como una victima de penitencia
Jesús...
Cuando me hallaré en las congojas de la agonía y en el trabajo de la muerte
Jesús
Cuando los últimos suspiros de mi corazón darán prisa al alma para que salga de mi cuerpo. Aceptadlos como producidos por una santa impaciencia de venir a Vos y de obedeceros
Jesús
Cuando mi alma al borde ya de mis labios, saldrá para siempre de este mundi. Y dejará mi cuerpo pálido, helado y sin vida, aceptad la destrucción de mi ser, como un homenaje que yo quiero rendir a vuestra majestad
Jesús
En fin cuando mi alma parecerá sola delante de Vos, y verá por primera vez el brillo de vuestra majestad, no la desechéis de vuestra presencia
Jesús misericordioso tened piedad de mi
Cuando mis ojos oscurecidos y turbados por la cercanía de la muerte, volverán tristes y moribundas miradas hacia el cielo, Jesús misericordioso, tened piedad de mi.
Cuando mis labios fríos y trémulos por última vez pronunciarán vuestro Nombre, Jesús misericordioso tened piedad de mi.
Cuando mis mejillas pálidas y lívidas inspirarán a los circunstantes, la compasión y el terror, Jesús misericordioso tened piedad de mi,
Cuando mis cabellos empapados en el sudor de la muerte, me anunciarán mi cercana, disolución. Jesús misericordioso tened piedad de mi
Cuando mis oíos á punto de cerrarse para siempre a los discursos de la tierra, temblarán al oír la voz que pronuncie el decreto fulminado contra los hombres. Jesús misericordioso. Tened piedad de mi.
Cuando mis pies inmóviles me harán advertir, que este para acabarse mi carrera en este mundo.
Jesús misericordioso....
Cuando mi imaginación azorada por fantasmas sombríos y aterradores me sumirá en una tristeza mortal
Jesús....
Cuando mi débil corazón, agobiado ya por el dolor de la enfermedad, se verá presa de los horrores de la muerte, y desgarrado por los esfuerzos que tendrá que hacer contra los enemigos, de su salud y su apoyo a la vida
Jesús....
Cuando mis parientes y mis amigos reunidos á mi alrededor se enternecerán por mi situación, y os invocarán para mi.
Jesús....
Cuando habré perdido ya el uso de mis sentidos, y el mundo habrá ya desaparecido para mi
Jesús.....
Cuando derramaré las últimas lágrimas, recibidlas en expiación, á fin de que santificado por vuestra gracia expire como una victima de penitencia
Jesús...
Cuando me hallaré en las congojas de la agonía y en el trabajo de la muerte
Jesús
Cuando los últimos suspiros de mi corazón darán prisa al alma para que salga de mi cuerpo. Aceptadlos como producidos por una santa impaciencia de venir a Vos y de obedeceros
Jesús
Cuando mi alma al borde ya de mis labios, saldrá para siempre de este mundi. Y dejará mi cuerpo pálido, helado y sin vida, aceptad la destrucción de mi ser, como un homenaje que yo quiero rendir a vuestra majestad
Jesús
En fin cuando mi alma parecerá sola delante de Vos, y verá por primera vez el brillo de vuestra majestad, no la desechéis de vuestra presencia
Jesús misericordioso tened piedad de mi
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