Soñé que volaba
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Soñé que volaba; mi cuerpo flotaba como frágil pluma que el viento eleva a su antojo, que sensación más sublime al ver desde las alturas los geométricos campos, las pequeñas viviendas, los diminutos hombres.
Soñé que volaba; y en mi sueño contemplaba el mundo a mis pies, cuan sensación más bella ver las altas montañas como grandes gigantes, impotentes al no poderme alcanzar.
Que momento tan sutil, al verme entre copos inmensos de nubes revoloteando a mi alrededor, invitándome a jugar y hacerme su cómplice para hacerle una jugada al sol, a no dejarlo por momentos filtrar sus rayos a la madre Tierra.
Soñé que volaba; y a mis lados, hermosas aves de colores me acompañaban en un recorrido largo y cansado, donde pretendíamos atravesar un lindo arco iris, sintiendo el rozar del viento limpio y puro en mi rostro, viendo desde el inmenso cielo hacia abajo aquellos mares inmensos, que parecían no tener fin, aquellas islas tan pequeñas que solo parecían puntos negros en una hoja azulada.
Soñé que volaba; que hermosa experiencia, no quiero bajar, mi cuerpo se desvanece y pierdo la noción; estoy sobre mi casa, de repente veo mi habitación, mis cosas, mi cama y poco a poco me voy recostando en ella, el humo de mi mente se va desvaneciendo.
Se acaba mi sueño, me vuelvo a la realidad, con el ladrar de los perros me despierto por completo, abro los ojos y observo el techo de mi cuarto, creo que todavía algo se mueve, hasta que mi mente se aclara por completo, sonrío y pienso: que bonito es soñar y volar, sentir que puedo tocar el cielo azul, las blancas nubes.
Pero esto no quiere decir que he dejado de soñar, aun tengo sueños en mi vida que anhelo alcanzar y espero algún día poderlos lograr
Soñé que volaba; y en mi sueño contemplaba el mundo a mis pies, cuan sensación más bella ver las altas montañas como grandes gigantes, impotentes al no poderme alcanzar.
Que momento tan sutil, al verme entre copos inmensos de nubes revoloteando a mi alrededor, invitándome a jugar y hacerme su cómplice para hacerle una jugada al sol, a no dejarlo por momentos filtrar sus rayos a la madre Tierra.
Soñé que volaba; y a mis lados, hermosas aves de colores me acompañaban en un recorrido largo y cansado, donde pretendíamos atravesar un lindo arco iris, sintiendo el rozar del viento limpio y puro en mi rostro, viendo desde el inmenso cielo hacia abajo aquellos mares inmensos, que parecían no tener fin, aquellas islas tan pequeñas que solo parecían puntos negros en una hoja azulada.
Soñé que volaba; que hermosa experiencia, no quiero bajar, mi cuerpo se desvanece y pierdo la noción; estoy sobre mi casa, de repente veo mi habitación, mis cosas, mi cama y poco a poco me voy recostando en ella, el humo de mi mente se va desvaneciendo.
Se acaba mi sueño, me vuelvo a la realidad, con el ladrar de los perros me despierto por completo, abro los ojos y observo el techo de mi cuarto, creo que todavía algo se mueve, hasta que mi mente se aclara por completo, sonrío y pienso: que bonito es soñar y volar, sentir que puedo tocar el cielo azul, las blancas nubes.
Pero esto no quiere decir que he dejado de soñar, aun tengo sueños en mi vida que anhelo alcanzar y espero algún día poderlos lograr
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