Un minuto con Dios
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Conocida es la oración de Francisco de Asís; puede servirnos para nuestra reflexión de hoy.
“Señor, haz de mí un instrumento de tu paz… ¡Qué trágico sería convertirse en instrumento destructor de la paz!
Donde haya odio, ponga yo amor.. .
Horrible, si donde hay amor, siembro el odio!
Donde hay ofensa, ponga yo perdón… Que después del perdón, no ponga yo nueva ofensa.
Donde hay discordia, ponga yo la unión… Nunca permitas que sea yo el elemento de discordia entre los hermanos.
Donde hay error, ponga yo tu verdad; donde hay duda, ponga mi fe y no siembre el escepticismo y la confusión.
Finalmente, donde hay tristeza, siembre las semillas de la alegría y del optimismo, de la confianza en la bondad de Dios.”
“Sí cuando ¿ramos enemigos, fuimos reconciliado* con Dios por la muerte de su Hijo, con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvados por su vida. Y no solamente eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación” (Rom 5, 10-11).
“Señor, haz de mí un instrumento de tu paz… ¡Qué trágico sería convertirse en instrumento destructor de la paz!
Donde haya odio, ponga yo amor.. .
Horrible, si donde hay amor, siembro el odio!
Donde hay ofensa, ponga yo perdón… Que después del perdón, no ponga yo nueva ofensa.
Donde hay discordia, ponga yo la unión… Nunca permitas que sea yo el elemento de discordia entre los hermanos.
Donde hay error, ponga yo tu verdad; donde hay duda, ponga mi fe y no siembre el escepticismo y la confusión.
Finalmente, donde hay tristeza, siembre las semillas de la alegría y del optimismo, de la confianza en la bondad de Dios.”
“Sí cuando ¿ramos enemigos, fuimos reconciliado* con Dios por la muerte de su Hijo, con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvados por su vida. Y no solamente eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación” (Rom 5, 10-11).
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