Un evangelio perdido que retrata a Judas como un colaborador de Jesús en vez de un traidor fue clasificado como probablemente genuino en el 2006.

Ahora, los científicos han revelado que el proceso con el cual comprobaron su autenticidad no solo fue hecho con un análisis al papiro y a la tinta, sino que también tuvieron que estudiar en detalle contratos de propiedad y certificados de matrimonios del antiguo Egipto, según publica la web del diario La Tercera.

El evangelio de Judas es un texto fragmentado escrito en leguaje copto que describe a un Judas muy distinto del retratado en los evangelios de la Biblia. En esta versión de los historia, Judas entrega a Jesús a las autoridades para su ejecución por petición del mismo Jesús, como un plan para liberar a su espíritu de su cuerpo. En la versión aceptada de la Biblia en cambio, Judas traiciona a Jesús por 30 monedas de plata.

Como parte de la investigación, Joseph Barabe del laboratorio McCrone Associates y un equipo de investigadores, analizaron la tinta del texto para descubrir si había sido falsificado o era original. Luego del análisis, los expertos descubrieron que el documento estaba escrito con una mezcla de los colores negro y café. La tinta negra se llamaba "lamp black" (negro de carbón), y era consistente con las tintas utilizadas en las escrituras egipcias antiguas del S. III d. C, sin embargo el origen de la tinta café, llamada "iron gall" (tintas ferrogálicas), era un gran misterio.

Algunas características del papiro indicaban que el documento era auténtico. Una de las pistas más importantes que encontró Barabe es que la tinta no estaba apilada en el papiro enrollado, lo que sugería que el documento había sido escrito mucho antes de ser enrollado, y que había envejecido naturalmente con el paso del tiempo.

De acuerdo a los expertos, estudiando documentos como certificados de nacimientos, egipcios y de propiedad de tierras hallaron el origen de la tinta café.

Los contratos en Egipto a mediados del S. III d. C eran escritos en tinta negro de carbón, de la forma tradicional egipcia, pero también eran registrados oficialmente en el estilo tradicional griego, utilizando tinta café rica en hierro.

Este descubrimiento, realizando varios análisis a antiguos documentos guardados en el Museo Louvre, fue la evidencia que el equipo necesitaba para establecer un estimado de la edad del evangelio de Judas y su autenticidad.

Luego de este análisis, los expertos concluyeron que el documento fue creado aproximadamente en el año 280 d. C. Según Barabe y sus colegas, el descubrimiento no indica estrictamente que el documento es auténtico, pero sí que no existen pruebas que indiquen que es falso.