Un minuto con Dios
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Es difícil tener fe; es mucho más difícil vivir sin fe. Con fe, el camino de la vida se hace difícil; sin fe, el camino se torna imposible.
Si no se tiene fe, en su auténtica dimensión, se cae en mil supersticiones ridiculas e irracionales.
Sin íe no alcanzarán a levantar una hoja del suelo; con la fe podrán mover el mundo y convertir al liombre.
Ni fe sin amor, ni amor sin fe; ni fe sin obras, ni obras sin fe; ni Dios sin el hombre, ni el hombre sin Dios.
Muchas cosas no se entienden hasta que no sufrimos por ellas.
“Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace” puede ser una muy buena norma de conducta para tu vida.
La perseverancia es buena, si es perseverancia en el bien: el bien no es valedero si no es perseverante.
Nosotros solos somos muy poca cosa; el Señor nos lo advierte:
“Sin Mi, nada podéis hacer” (]n, 15, 15).
En cambio, sabemos que con El todo lo podemos, ya que Cristo y yo somos mayoría aplastante, “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Filip, 4,13).
Ahora la vida ya toda respira tranquilidad.
Si no se tiene fe, en su auténtica dimensión, se cae en mil supersticiones ridiculas e irracionales.
Sin íe no alcanzarán a levantar una hoja del suelo; con la fe podrán mover el mundo y convertir al liombre.
Ni fe sin amor, ni amor sin fe; ni fe sin obras, ni obras sin fe; ni Dios sin el hombre, ni el hombre sin Dios.
Muchas cosas no se entienden hasta que no sufrimos por ellas.
“Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace” puede ser una muy buena norma de conducta para tu vida.
La perseverancia es buena, si es perseverancia en el bien: el bien no es valedero si no es perseverante.
Nosotros solos somos muy poca cosa; el Señor nos lo advierte:
“Sin Mi, nada podéis hacer” (]n, 15, 15).
En cambio, sabemos que con El todo lo podemos, ya que Cristo y yo somos mayoría aplastante, “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Filip, 4,13).
Ahora la vida ya toda respira tranquilidad.
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