Un minuto con Dios

0:00

“Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”.

Es que no basta ser pacífico; es preciso trabajar por la instauración de la paz entre los hombres, en el mundo entero.

Trabajar por la paz es establecer aquellas condicio­nes de vida que hagan a cada hombre feliz, seguro de sí mismo y de su porvenir; trabajar por la paz es sua­vizar relaciones humanas, solucionar problemas, hacer­se entender por todos y con todos, crear a nuestro alre­dedor un clima de comprensión, dar a cada uno lo suyo, respetando el derecho de todos.

Los que trabajan por la paz entre los hombres serán llamados hijos de Dios, porque Dios es el Dios de la paz y no el dios de la guerra; el Dios del amor y no el dios del odio.

Ser llamado hijo de Dios será parti­cipar de la misma divina naturaleza; será llegar a ser santo de verdad, a elevarse sobre la misma humana naturaleza; realmente vale la pena ser hijo de Dios, y a ello podremos llegar, según promesa de la bienaven­turanza, trabajando por la paz.

“Apártate del mal y obra el bien; busca la paz y anda tras ella” (Salmo 33, 15).

“¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación!” (Is, 52, 7).

Que tus pasos, tus palabras sean siempre porta­dores de la paz y nunca de la inquietud.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts