¿Dónde esta Dios?
0:00
Basado en la vida de Daniel
Un terremoto estremece los cimientos de donde nos
sentimos seguros; un tornado arrasa toda una vida de recuerdos; la
bala de un asesino cambia la historia nacional; un conductor ebrio
siega la vida de una víctima inocente; un divorcio destroza un hogar.
Las tragedias personales y las globales hacen que
nuestro mundo parezca un lugar tenebroso, lleno de maldad y
aparentemente fuera de control. Y la letanía de bombardeos, golpes de
estado, asesinatos y desastres naturales pueden hacernos pensar que
Dios está ausente o es impotente.
¿Dónde esta Dios?, preguntamos llorando de
tristeza y desesperación. Hace 26 siglos, Daniel pudo haberse
desesperado. Él y cientos de sus conciudadanos fueron deportados a una
tierra extranjera después de la caída de Judá.
Se enfrentó a un tirano egocéntrico y se vio
rodeado de idólatras. En vez de rendirse y renunciar a todo, este
joven valiente se sostuvo de la fe en su Dios. Daniel sabía que a
pesar de las circunstancias, Dios era soberano y estaba trabajando en
un plan de para las naciones y para los individuos. El libro de Daniel
se centra en esta profunda verdad: la soberanía de Dios.
Después
de un breve resumen del sitio que puso Nabucodonosor, y de la derrota
de Jerusalén, la escena cambia rápidamente a Daniel y a sus tres
amigos, Ananías, Misael y Azarías (Sadrac, Mesac y Abed-nego). Estos
hombres tenían altos cargos dentro del gobierno babilónico. Daniel, en
particular, tenía ese cargo debido a su don de interpretar los sueños
del rey que hablaban del plan de Dios en desarrollo. Insertado entre
los sueños se encuentra el registro fascinante de los tres amigos de
Daniel y el horno. Debido a que no quisieron inclinarse ante un ídolo
de oro, los condenaron a morir quemados.
Sin embargo, Dios intervino y les salvó la vida.
Belsasar gobernó Babilonia después de
Nabucodonosor, y la historia nos habla de su encuentro con el mensaje
de Dios escrito en una pared. Daniel, a quien llamaron para
interpretar el mensaje, predijo la caída de Babilonia ante los medos y
los persas. Esta predicción se cumplió esa misma noche, y Darío el
medo se apoderó de Babilonia.
Daniel llegó a ser uno de los consejeros de mayor
confianza de Darío. El que lo pusieran en un puesto tan privilegiado
causó el enojo de otros administradores, quienes planearon su muerte y
convencieron al rey para que proscribiera la oración. A pesar de la
ley, Daniel continuó orando a su Señor soberano. Como resultado de
ello, lo condenaron a morir en un foso de leones hambrientos. Otra
vez, Dios intervino y salvó a Daniel, cerrando la boca de los leones.
El libro concluye con una serie de visiones que
Daniel tuvo durante los reinados de Belsasar, Darío y Ciro. Estos
sueños subrayan dramáticamente los planes futuros de Dios, que
comienzan con Babilonia y continúan hasta el final de los tiempos.
Presentan una predicción de la redención de Dios y se dice que son la
clave de toda profecía bíblica.
Dios es soberano. Él tenía las riendas de
Babilonia, y se ha estado moviendo a lo largo de la historia,
controlando los destino de la gente desde entonces. ¡Y ahora también! A pesar de los informes noticiosos y de la tensión personal, podemos tener la seguridad de que Dios está al timón. Cuando usted lea Daniel, observe la obra de Dios y siéntase seguro en su soberanía.
0 comentarios