Un minuto con Dios
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Tradicionalmente, el mes de junio es el mes dedicado a honrar al Corazón de Jesús, y al Corazón de María,
Cuéntase del pintor Führich, que en cierta ocasión le encargaron pintar una imagen del Corazón de Jesús; mas él declinó el compromiso por considerarlo superior a sus fuerzas.
—Tendría necesidad —tal fue su respuesta— de hacer transparentes de alguna manera, en el rostro de Jesús los sentimientos del Corazón Divino, y no me comprometo a semejante tarea.
Existe una teología del Sagrado Corazón de Jesús.
Es la que considera que Dios es el Corazón eterno.
“Dios es caridad” y halla en esta caridad el por qué, ya que no el cómo de todos los misterios cristianos.
Dios ama: amar es dar. Dios nos lo ha dado todo y se ha dado a si mismo, empezando por nuestra exis-tencia y la de todos los seres: he aquí la Creación.
Dios ama: amar es hablar; he aquí la revelación, las Sagradas Escrituras: La Ley de Dios.
Dios ama: amar es salvar a toda costa al ser amado y morir por él, si es preciso: he aquí la Redención.
Dios ama: amar es querer quedarse perpetuamente presente al ser amado: he aquí la Eucaristía.
Dios ama: amar es querer hacer felices consigo a los seres amados y para siempre; he aquí la bienaventuranza eterna del Cielo.
Cuéntase del pintor Führich, que en cierta ocasión le encargaron pintar una imagen del Corazón de Jesús; mas él declinó el compromiso por considerarlo superior a sus fuerzas.
—Tendría necesidad —tal fue su respuesta— de hacer transparentes de alguna manera, en el rostro de Jesús los sentimientos del Corazón Divino, y no me comprometo a semejante tarea.
Existe una teología del Sagrado Corazón de Jesús.
Es la que considera que Dios es el Corazón eterno.
“Dios es caridad” y halla en esta caridad el por qué, ya que no el cómo de todos los misterios cristianos.
Dios ama: amar es dar. Dios nos lo ha dado todo y se ha dado a si mismo, empezando por nuestra exis-tencia y la de todos los seres: he aquí la Creación.
Dios ama: amar es hablar; he aquí la revelación, las Sagradas Escrituras: La Ley de Dios.
Dios ama: amar es salvar a toda costa al ser amado y morir por él, si es preciso: he aquí la Redención.
Dios ama: amar es querer quedarse perpetuamente presente al ser amado: he aquí la Eucaristía.
Dios ama: amar es querer hacer felices consigo a los seres amados y para siempre; he aquí la bienaventuranza eterna del Cielo.
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