Flores de Primavera
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Hacía un canasto de papel y lo llenaba de todas las flores que encontraba, la mayoría narcisos y violetas.
Luego colocaba el canasto a la puerta de mi vecina, tocaba a su puerta,
y me escondía rápidamente detrás de un arbusto. Atisbaba para verla
cuando abría la puerta y recogía su sorpresa. Cuando ella entraba, yo
corría a mi casa.
La belleza de las flores primaverales y el cambio regular de las estaciones nos recuerdan la fidelidad de Dios. Cuando Noé y su familia con los animales salieron del arca después que las aguas decrecieron, Dios les hizo esta promesa: “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán” (Génesis 8:22). Y ha sido fiel en mantener esa promesa desde entonces.
La belleza de las flores primaverales y el cambio regular de las estaciones nos recuerdan la fidelidad de Dios. Cuando Noé y su familia con los animales salieron del arca después que las aguas decrecieron, Dios les hizo esta promesa: “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán” (Génesis 8:22). Y ha sido fiel en mantener esa promesa desde entonces.
Dios “hizo . . . el universo” y sigue sosteniendo “todas las cosas por la palabra de su poder”
(Hebreos 1:2-3).
Demos gracias a Dios hoy por su hermosa creación y por su fidelidad al sostener su mundo y a nosotros.
Mientras la tierra permanezca, . . . el día y la noche, nunca cesarán. —
Génesis 8:22.
(Hebreos 1:2-3).
Demos gracias a Dios hoy por su hermosa creación y por su fidelidad al sostener su mundo y a nosotros.
Mientras la tierra permanezca, . . . el día y la noche, nunca cesarán. —
Génesis 8:22.
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