Un minuto con Dios

0:00

Se necesita mucha mayor fortaleza y dominio de sí mismo para ser bueno que para ser malo; hay que ser mucho más valiente para guardar fidelidad al deber, que para quebrantarlo; se precisa un esfuerzo más vigo­roso y constante para remar contra corriente, que para dejarse llevar río abajo.

La ley de la gravedad tira hacia abajo: los instintos tiran hacia abajo; el peso de la comodidad nos deja en el llano; solamente el empuje del motor es el que posi­bilita ascender a las alturas o arrastrar el convoy hacia adelante.

Si en tu vida te dejas llevar por instintos e inclina­ciones, por comodidades o conveniencias, no podrás volar a gran altura; tu vida se convertirá en rastrera, de bajo vuelo, de muy limitada visión, de horizontes muy recortados.

Es siempre más hermoso y más provechoso aspirar a las alturas oxigenadas que a los miasmas de los pan­tanos; se divisa siempre un panorama más cautivador desde arriba que desde ras de tierra.

Animo, y adelante, ¡siempre hacia arriba en tu per­fección!

“Ahora puedes, Señor, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel” (Lc, 2, 29-32).

Cristo te posibili­tará tu perfeccionamiento.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts