Para los que buscan el sol, Phoenix es un paraíso en el desierto. Pero al sur de la ciudad, la oscuridad reina en forma de crímen y pobreza. Memoriales a víctimas de homocidios marcan a comunidades como South Mountain.

Es el territorio del teniente Mike Kurtenbach. “Un callejón fue reclamado por una pandilla hispana”.

La guerra entre pandillas cobró aquí la vida de Jimmy Torres de 14 años en 2007. Su muerte marcó el homicidio número 62 en once meses y fue un momento decisivo cuando la región se percató que debían enfrentar el problema del crimen.

“Hace dos años los policías solo andaban de la escena de un crimen a otra”, recuerda Kurtenbach.

La policía veía que el sistema de siempre, acorralar a los maleantes, ya no funcionaba. Entonces se aliaron con las iglesias locales para reconstruir la comunidad, comenzando desde las bases.

El pastor Audrey Barnwell de la iglesia bautista Nueva Vida, estaba listo.“Cuando la comisaría de policía dijo que urgía que conectáramos con otras iglesias para sostener y mantener el programa, supimos lo que había que hacer”.

Un grupo esperó ayuda frente a la iglesia El Puente. Lo que les espera es lo que los líderes comunales llaman ‘el sistema radical del barrio’. Este ayuda a las iglesias a crear un plan de negocios para su comunidad.

“Habíamos pedido a Dios, ¿cómo podemos ayudar a la gente con más que solo darles comida una vez al mes a una vez al año?”, dice el pastor Tim Lesher de la iglesia El Puente.

La respuesta, ser la primera iglesia del sistema radical del barrio y reconocer que el desempleo es una de las mayores necesidades. “Hay muchas posibilidades aquí porque la gente confía en la iglesia”, explica Mitzila Hogans de servicios comunitarios de Phoenix.

Eso llevó a la transformación del santuario en un centro de ayuda integral.De esta forma pueden solicitar comida y otros beneficios gubernamentales en la iglesia local.

“No tienen que ir a las oficinas del seguro social y hacer toda esa cola”, afirma Linda Schroeder del departamento de seguridad económica.

Schroeder dice que muchos en Arizona que merecen ayuda, no la han solicitado. Ella espera que las iglesias puedan cambiar eso. “Las iglesias pueden complementar lo que hacen con la ayuda que ofrecemos y pueden proveer más servicios y también pueden ayudarnos donde nos faltan empleados”.

La iglesia El Puente también ha creado un centro profesional con computadoras para los que buscan trabajo.

“En los centros de la ciudad deben esperar hasta dos horas por una computadora y luego la tienen por tiempo limitado. Acá pueden sentarse un buen rato a buscar trabajo y tener a alguien con quien hablar, quien les puede animar”, comenta el pastor Lesher.

Ese apoyo personal marca la diferencia, y los voluntarios de la iglesia tienen el deseo y el tiempo para formar amistades, algo que el gobierno o la policía no pueden hacer.

“A veces cuando estoy orando con ellos y empiezan a hablar de lo que está pasando en sus vidas, empiezan a llorar y uno se da cuenta que realmente están sufriendo”, dice Yemi Bosfield, un voluntario.

Oscar Arnold ha recibido ayuda y él comenta que eso lo ha animado, ya que este equipo tiene una buena actitud y se enfican en ellos cuando lo necesitan.

Aarnold busca empleo desde que fue despedido de su trabajo como carnicero.Gracias a El Puente, el ahora recibe comida para su familia mientras investiga las oportunidades de empleo.

“Cuando uno ve el trabajo que hace El Puente, conectando a la gente con los recursos que tanto necesitan, les están consiguiendo comida, y también empleo. Al hacer eso, están estabilizando a la comunidad”, recuerda Kurtenbach.

Veinte iglesias más se han inscrito en el progama de barrio radical y la ciudad de Phoenix pronto empezará a analizar los resultados de su inversión en este programa.

Mientras tanto, la reducción en criminalidad y la nueva vida de personas como Oscar Arnold es el mejor resultado.