Por qué
0:24¿Por qué la gente se enferma de cáncer? ¿Por qué hay terremotos que destruyen ciudades enteras? ¿Por qué las personas tienen que trabajar arduamente para apenas alimentar a sus familias?
Subconscientemente, es probable que a menudo nos hagamos preguntas como éstas. Pero conscientemente rara vez. Vivimos tan ocupados que esporádicamente nos detenemos y preguntamos ¿Por qué?
Sin embargo algo de repente sucede para despertarnos. Nuestros padres se divorcian. La chica que vive cerca de mi casa es secuestrada. Un familiar se enferma de cáncer. Eso nos despierta por un rato, pero luego volvemos a dormir.
Esto es, hasta que una nueva tragedia viene, otra incongruencia. Entonces pensamos, Algo no está bien aquí, Algo está mal , muy mal. Esto no es como la vida debería de ser!
¿Por qué ocurren cosas malas?¿Por qué este mundo no es un mejor lugar?
Hay una respuesta a la pregunta ¿Por qué?, fundamentada en la Biblia. Pero no es una respuesta que la mayoría de las personas desean escuchar: el mundo es como es porque es el mundo que nosotros, de un modo, hemos pedido.
¿Suena raro?
¿Qué o quién podría hacer este mundo diferente?¿Qué o quién podría garantizar una vida libre de dolor, para todos, en todo momento?
Dios puede. Dios puede hacerlo. Pero no lo hace. Al menos no ahora. Y nosotros enojados por ello decimos, "Dios no puede ser todopoderoso y amoroso. ¡Si él estuviera, este mundo no sería como es!"
Decimos lo anterior esperando que Dios cambie su posición al respecto. Nuestra esperanza es que poniendo culpa sobre él haremos cambiar su actuación.
Pero él no parece moverse. ¿Por qué no?
Dios no se mueve - él no cambia las cosas ahora mismo - porque él está dándonos lo que nosotros pedimos: un mundo donde nosotros tratamos con Dios como si estuviera ausente o fuera innecesario.
¿Recuerda la historia de Adán y Eva? Ellos comieron del "fruto prohibido". Este fruto era la idea de que podían vivir ignorando lo que Dios decía o les daba. Adán y Eva creyeron que podían llegar a ser como Dios, sin Dios. Asumieron la idea de que había algo más valioso que Dios en sí mismo, algo más valioso que tener una relación personal con Dios. Todo lo anterior, es decir, la decisión que Adán y Eva tomaron dio como resultado el mundo en el cual hoy vivimos.
Esta historia es la historia de todos nosotros, ¿no es así? :
"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino" (Isaías 53:6)
"No hay quién entienda, no hay quién busque a Dios." (Romanos 3:11)
Quién no ha dicho - sino de manera audible, por lo menos en sus corazones - Dios, pienso que puedo hacer esto sin ti, iré solo esta vez pero gracias por la oferta.
Todos hemos tratado de hacer una vida sin Dios. ¿Por qué hacemos esto? Probablemente porque tenemos la idea de que existe algo más importante, más valioso que Dios. Para cada persona pueden ser razones distintas pero en todas es lo mismo: Dios no es lo más importante en la vida.
¿Cómo responde Dios a esto?
Él lo permite. Muchas personas sufren con dolor el resultado de las decisiones de otros o la de ellas mismas, decisiones que hacen en contra de Dios... robos, abusos sexuales, adulterio, secuestros, mentiras, fraude, avaricias, calumnias, etc. Todos estos resultados son sufridos por quienes han rechazado darle a Dios acceso en sus vidas para influenciar en ellas. Van por la vida como les conviene, mientras que otros y ellos mismos sufren.
¿Cuál es el punto de vista de Dios en todo esto? Él no es suficiente. De hecho, Dios podría inclinarse alrededor de nosotros compasivamente, esperando que nos volviéramos a Él para llevarnos a una vida real. Jesús dijo, "Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar."1 Pero no todos están deseando ir a Él. Jesús comentó lo siguiente cuando dijo: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡ Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!."2 Una vez más, Jesús habló de nuevo sobre el tema de nuestra relación con Él. "Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."3
¿Pero qué pasa cuando la vida no es justa?¿Qué hay acerca de todas esas circunstancias que golpean nuestra vida, causadas por otros? Cuando nos estamos sintiendo víctimas, es bueno recordar que Dios trata con esas personas. También entiende mejor que nadie por lo que una persona está pasando.
No hay nada en la vida más doloroso que lo que Jesús tuvo que soportar por nosotros, cuando fue abandonado por sus amigos, ridiculizado por aquellos que no creían en él, golpeado y torturado antes de su crucifixión, para después ser clavado en la cruz, en un vergonzoso espectáculo público, muriendo en una lenta sofocación. Él nos creo, dándole a la humanidad la libertad de hacer esto, para que se cumplieran las Escrituras y para darnos libertad de nuestro pecado.
Esto no fue una sorpresa para Jesús. Él estaba consciente de lo que pasaría, conociendo anticipadamente todos los detalles, todo el dolor, toda la humillación. Cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y por el camino les dijo: "He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará."4
Imagina que ya sabes que algo feo te sucederá. Jesús sufrió una angustia emocional y psicológica. La noche que Jesús supo que sería arrestado, él fue a orar, pero llevó con él a algunos amigos. "Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras."5
A pesar de que Jesús confió en sus tres amigos, ellos no entendieron lo profundo de su martirio, y cuando él regresó de haber orado los encontró durmiendo. Jesús entonces entendió como es ir a través del dolor y la extrema tristeza solo.
Este es el resumen de lo que Juan describe en su evangelio:
"En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir; a los que creen en su nombre," 6 " Porque Dios no envió su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna."7
No hay duda del intenso sufrimiento y dolor que existe en este mundo. Un poco de esto se explica por el egoísmo, acciones vergonzosas de unos hacia otros. Pero Dios se ofreció a si mismo. Dios nos da a conocer que Él ha soportado el dolor también, es por ello que está consciente del nuestro y de nuestras necesidades. Jesús dijo a sus discípulos, "La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo."8
Hay mucha razón para estar angustiado y temeroso, pero Dios puede darnos su paz, la cual es superior a cualquier problema que podamos tener. Él es después de todo, Dios, el Creador. El único que siempre ha existido. Aún en su poder, Él es el único que nos conoce íntimamente, incluso lo más pequeño o detalles insignificantes de nosotros. Y si es que llegamos a confiarle nuestra vida a Él, creer en Él, tendremos la certeza que nos guardará seguros de las dificultades. Jesús dijo, "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo."9
El llegó hasta la muerte y se levantó de ella. El puede tomarnos a través de las dificultades de esta vida, para llevarnos a la vida eterna, si confiamos en El. Nosotros podemos ir por la vida con Dios o sin El. Jesús oró, "Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos."10
Para iniciar una relación personal con Dios, por favor ve a Conectándote.
(1) Mateo 11:28
(2) Mateo 23:37
(3) Juan 8:12
(4) Mateo 20:17-19
(5) Mateo 26:37-39
(6) Juan 1:10-12
(7) Juan 3:17,16
(8) Juan 14:27
(9) Juan 16:33
(10) Juan 17:25,26
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