En el oriente de Ecuador se encuentra la provincia de Morona, Santiago, que se extiende desde los Andes hasta la baja Amazonía y la frontera peruana. Esta cuenta con aproximadamente 143 mil habitantes Shuar. A este lugar de la selva amazónica llegó una familia de misioneros de Estados Unidos con una misión.

Su primer encuentro con los indios Shuar, en la selva amazónica de Ecuador, fue casi un encuentro con la muerte. En el año 2003 la Familia Marbut, miembros de las Asambleas de Dios Internacional, llegaron al oriente ecuatoriano con una misión dada por Dios.

Joel Marbut, Misionero estadounidense comenta: “Los Shuaras son indígenas amazónicos, que antiguamente se denominaban jíbaros o salvajes, por la costumbre, ya casi olvidada, de “reducir las cabezas” de sus enemigos y preservar como trofeo de guerra”.

Evangelizando a la tribu

A pesar de las amenazas de no dejarlos entrar a sus aldeas por temor a ser despojados de sus tierras, esta familia comenzó su trabajo mediante programas de asistencia social y el evangelio, aquí difícilmente conocían de Jesús.

Francisco Sanchim, Pastor Shuar expresa: “Gracias a la predisposición de la comunidad Shuar, los misioneros iniciaron 3 grandes proyectos. El Centro Cristiano de Sucúa ha sido testigo de la obra alcanzada por Dios. Muchos Shuaras aprendieron a perdonar, a conocer de Jesús, predicar su palabra y a ponerla en práctica”.

Fue así como la madre de las iglesias en Sucúa construyó un instituto Bíblico al que asisten más de 50 indios Shuar, para capacitarse en teología y liderazgo cristiano. Su fidelidad a Dios los lleva a caminar durante 4 días por la selva.

Este compromiso motivó a los misioneros a construir un centenar de iglesias en 100 aldeas Shuar. Otro proyecto, la Fundación Vida Internacional, que brinda atención médica a más de 5 mil niños Shuar con vitaminas y tratamientos de parásitos. Para acceder a un centro médico, los Shuaras debían trasportarse a pie y en canoa por más de 24 horas.

Por ello, la fundación decidió capacitar a promotores de salud para suplir esta necesidad y tratar de forma preventiva enfermedades como diarrea crónica, parto prematuro, varicela, entre otras. Otro proyecto es la construcción del hogar esperanza para las jóvenes Shuaras que sufren maltrato laboral y físico. El hogar esperanza busca la autosustentabilidad, para ayudar a más jóvenes de la región.

Con la presencia de los misioneros en la selva, los Shuaras han experimentado un cambio en sus vidas, por ello, piden se fortalezca el evangelio en otras aldeas.