Neutralizando a los lobos modernos
7:02“La Caperucita”, “Los 3 cerditos” y otros cuentos más nos presentan la figura del malvado y feroz lobo; pocos recuerdan el gesto maternal de la loba que amamantó a Rómulo y Remo, los fundadores de la Roma antigua, según la leyenda. El lobo siempre era el malo porque atacaba los rebaños y las vidas.
Hoy también tenemos sueltos muchos lobos, algunos se han enseñoreado en la selva de nuestras mentes y en la jungla en que muchos tratan de convertir el espacio que se nos ha dado para vivir.
Dice una historia de Og Mandino que: “Un anciano indio Cherokee estaba conversando con su nieto.
Él le dijo: -Los hábitos son como dos lobos hambrientos de igual fuerza que están en tu mente; uno de ellos es bueno y hace todo lo que sea positivo.
Es bondadoso, comprensivo, ama incondicionalmente, siente un constante deseo de dar, ayudar, compartir y amar, y siempre anda contento, en fin; pero el otro lobo, es malo. El temor y los malos sentimientos rigen su centro. Así que siente odio, envidia, es egoísta, y los celos devoran su ser. Siente un fuerte deseo de dominar psicológicamente y dominar físicamente, es malvado, violento; vive en amargura.
Su nieto se quedó pensando por unos momentos y le pregunta a su abuelo: -Tata, y si los dos lobos pelearan, ¿cuál ganaría? Su abuelo le respondió: -El lobo que tú decidas alimentar”.
Aquel al que le des poder en tu mente. “Solo un hábito puede dominar otro hábito”.
Algunos de los lobos que hemos alimentado están bien escondidos, reprimidos, se levantan cada cierto tiempo, como la bestia del Apocalipsis.
En estos días los periódicos nos han traído las noticias de lobos que con mucha saña, odio y fiereza han acabado con la vida de una profesora en Barahona, un periodista en La Romana y una empresaria de Higu¨ey. ¿Cuáles lobos está alimentando la sociedad dominicana? ¿Cuáles hábitos nuevos estamos cultivando en la selva de nuestra mente? Nos estamos alimentando de riqueza fácil, consumismo, vacío existencial, apatía y de “vida virtual”, que manipulada por algunos nos va quitando el gusto por la inteligencia, porque “pensar implica esfuerzo, trabajo y compromiso”.
Nos angustiamos por lo que no podemos conseguir ni tener con trabajo honesto, pero exhibimos lo que no podemos justificar desde un puesto público, social o religioso.
Dicen algunos expertos que nos toma alrededor de 21 días instalar o desinstalar un hábito. Un tiempo bien corto si nos atreviéramos a adoptar un nuevo modelo de comportamiento o de actuación. Nuestra responsabilidad es deshabilitar esos lobos. Si por moda están ocurriendo hechos dolorosos, por contagio debemos alimentar el lobo del respeto a la vida, volver la mirada a nuestro interior y recuperar fuerzas desde ese centro de paz. El anhelo ardiente de la creación es comenzar a manifestar ese Cristo que está en nosotros. Bendiciones multiplicadas.Jocelyn Quezada
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