La esposa preocupada
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Se platica que en cierta ocasión la esposa del Mulla Nasrudin, fue a ver una especialista en lectura de tarot, y regresó a su casa muy alterada.
-Cualquier cosa acerca del futuro preocupa. Por eso –dijo ella- es mejor no saber el porvenir, ya que cuando se conoce algo a ciencia cierta, inmediatamente cambia el presente y surgen muchas preocupaciones.
Por ejemplo, si llego a saber que me voy a divorciar algún día, o que mis hijos se van a enfermar de muerte dentro de algunos años, me preocupa terriblemente y eso impide vivir el presente.
Viéndola el maestro un tanto alterada, le pidió que le comentara un poco más de lo que le estaba sucediendo.
-He estado con una lectora de cartas del tarot, una mujer muy buena, y está bien, pero me ha dicho algunas cosas y estoy muy preocupada –aclaró ella.
-No te preocupes –dijo el Mulla-. Mira que nada es seguro en la vida, así que esa mujer no puede acertar ninguna predicción acerca de lo que va a suceder más adelante. Más aún te aclaro esto: sólo los tontos están seguros de algo.
-¿De verdad crees lo que dices? –preguntó la esposa-. ¿Estás realmente seguro de eso?
-Por supuesto que sí. Estoy absolutamente seguro, aunque sólo los tontos estén seguros de algo.
Autor: Idries Shah
-Cualquier cosa acerca del futuro preocupa. Por eso –dijo ella- es mejor no saber el porvenir, ya que cuando se conoce algo a ciencia cierta, inmediatamente cambia el presente y surgen muchas preocupaciones.
Por ejemplo, si llego a saber que me voy a divorciar algún día, o que mis hijos se van a enfermar de muerte dentro de algunos años, me preocupa terriblemente y eso impide vivir el presente.
Viéndola el maestro un tanto alterada, le pidió que le comentara un poco más de lo que le estaba sucediendo.
-He estado con una lectora de cartas del tarot, una mujer muy buena, y está bien, pero me ha dicho algunas cosas y estoy muy preocupada –aclaró ella.
-No te preocupes –dijo el Mulla-. Mira que nada es seguro en la vida, así que esa mujer no puede acertar ninguna predicción acerca de lo que va a suceder más adelante. Más aún te aclaro esto: sólo los tontos están seguros de algo.
-¿De verdad crees lo que dices? –preguntó la esposa-. ¿Estás realmente seguro de eso?
-Por supuesto que sí. Estoy absolutamente seguro, aunque sólo los tontos estén seguros de algo.
Autor: Idries Shah
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