Un minuto con Dios

0:00

¿Qué importa que el ave esté atada por una cadena o por un hilo, si al fin está atada y no puede volar por los espacios?

Piensa que tú puedes sentirte atado.

No te tranquilices si ves que tu atadura es solamente un hilo; preocúpate por el hecho de sentirte atado, de no sentirte libre.

Tus defectos no serán muy graves, muy serios, muy escandalosos para los demás, pero son defectos, y por ello te impiden volar a la altura de la perfección.

Son defectos y, por lo tanto, no hacen que seas malo, pero impiden que seas mejor; y, si es muy bueno no ser malo, es muy malo no ser mejor.

No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien.

Rompe todas tus cadenas, pero desata también o corta todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.

“En el temor del Señor no existe mengua; con El no hay por qué buscar ayuda. El temor del Señor, como un paraíso de bendición, protege El más que toda gloria” (Eccli, 40, 26-27).

El temor de Dios es el que te moverá a perfeccionarte cada día más.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts