Un minuto con Dios

0:00

Son muchas las cosas que en los días de Navidad los hombres pedirán al cielo; a ese Dios que, sin dejar de ser Dios, se quiso hacer hombre, por amor al hombre, para salvar al hombre.

Pero indudablemente hay algo que está en las plegarias de todos: todos esperamos y pedimos que el Niño de la Navidad nos traiga la paz.

Tú, que eres el Camino, la Verdad y la Vida; Tú, que todo lo sabes y que lo puedes todo, que un alma eterna diste a nuestro ingrato lodo y amasaste el martillo que te crucificó, no mires las miserias, no mires los pecados.

Recuerda solamente que somos desdichados y que este barro nuestro la vida te costó. Escucha nuestro ruego, que se une a la plegaria de tanta madre triste y esposa solitaria, de tanto niño pálido, de su contraída faz; y, abriendo los dos brazos de tú misericordia sobre este mundo mísero de luto y de discordia, Señor omnipotente, concédele la paz.

Se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres, en quienes El se complace»” (Le, 2, 13-14).

Es Cristo el que vino a traernos la paz, desde el momento en que vino a restablecer la paz entre Dios y nosotros.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts