Un minuto con Dios
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Vive de tal forma, que Dios esté contento de ti, que Dios pueda aprobar todos tus actos; pero vive también de tal forma que los demás puedan sentirse con deseos de imitarte, que sientas en tu interior las ansias de la propia superación.
Es verdad que no debes realizar el bien sólo porque te vean; pero no es menos cierto que estás obligado a ser ejemplo para cuantos te rodean.
Teresita González, muerta a los veintiún años en un convento de Carmelitas, se había propuesto aquel lema de su vida: “Señor, que quien me mire, te vea”.
Que cuantos te miren a ti, no les quede otro remedio que ver a Dios en ti; quienes te oigan, quienes vean tu manera de proceder, quienes presencien tus reacciones se vean impelidos a ver a Dios, a oír a Dios, a sentir a Dios.
Cristo te dice que tú eres la luz; debes ser la luz puesta sobre el candelera, y no escondida bajo la mesa, a fin de que puedas iluminar a cuantos te rodean.
“Brille asi vuestra gloria delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos” (Mt, 5, 16).
Es verdad que no debes realizar el bien sólo porque te vean; pero no es menos cierto que estás obligado a ser ejemplo para cuantos te rodean.
Teresita González, muerta a los veintiún años en un convento de Carmelitas, se había propuesto aquel lema de su vida: “Señor, que quien me mire, te vea”.
Que cuantos te miren a ti, no les quede otro remedio que ver a Dios en ti; quienes te oigan, quienes vean tu manera de proceder, quienes presencien tus reacciones se vean impelidos a ver a Dios, a oír a Dios, a sentir a Dios.
Cristo te dice que tú eres la luz; debes ser la luz puesta sobre el candelera, y no escondida bajo la mesa, a fin de que puedas iluminar a cuantos te rodean.
“Brille asi vuestra gloria delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos” (Mt, 5, 16).
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