Un minuto con Dios
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Es triste sufrir; es más triste no saber sufrir o sufrir inútilmente.Podrá ser bueno sufrir; es mejor no hacer sufrir a los otros; es también muy bueno hacer que otros no sufran; será todavía mejor sufrir por los otros, o sufrir para que los otros no sufran.
La semilla tiene que sufrir al deshacerse y pudrirse en el seno de la madre tierra; pero se multiplica en la opulencia de la espiga; sin el grano, que sufrió y se pudrió, no hubiera habido espiga.
Es duro dominarse, pero es satisfactorio cuando llegamos a la propia superación; los más grandes hombres son los que más se han superado; la superación, en todos los órdenes, es la ley fundamental en la vida de los hombres y aun de las instituciones.
El mundo va siempre adelante, siempre progresando; no quedes tú estacionado, pues en ese caso desdices de tu condición humana.
“Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como una victima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritiual.
Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto” (Rom, 12, 1-2).

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