Un minuto con Dios
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Con un ideal en tu vida, te sentirás más feliz y “pisarás más fuerte en tu vida”.
Un ideal que polarice todos tus esfuerzos y tus pensamientos; un ideal que oriente todas tus acciones; un ideal que sea el palo mayor de la nave de tu vida.
El ideal, aunque no llegues nunca a conseguirlo, siempre te hará bien; al fin y al cabo, en eso consiste el ideal:
entender siempre hacia adelante; un ideal que se consigue, ya deja de ser ideal y debe ceder el puesto a otro verdadero ideal aún no conseguido.
El hombre sin ideal es viajero sin brújula; unos hombres sin ideal son un rebaño sin pastor y sin camino; perder el ideal es perder el rumbo, y perder el rumbo es exponerse a desastres, a pérdida de tiempo y de esfuerzos, a toparse en última instancia con la desilusión; es exponerse a que el cansancio se apodere de la vida y entonces la vida ya no tiene sentido ni aliciente; ya no se ve por qué seguir adelante, ni para qué.
Tu ideal como cristiano tiene que ser la Vida de la gracia; cumplir la misión del Maestro Jesús, que dice:
“Vine para que tengan Vida y la tengan en abundancia” (]n, 10,10).
Un ideal que polarice todos tus esfuerzos y tus pensamientos; un ideal que oriente todas tus acciones; un ideal que sea el palo mayor de la nave de tu vida.
El ideal, aunque no llegues nunca a conseguirlo, siempre te hará bien; al fin y al cabo, en eso consiste el ideal:
entender siempre hacia adelante; un ideal que se consigue, ya deja de ser ideal y debe ceder el puesto a otro verdadero ideal aún no conseguido.
El hombre sin ideal es viajero sin brújula; unos hombres sin ideal son un rebaño sin pastor y sin camino; perder el ideal es perder el rumbo, y perder el rumbo es exponerse a desastres, a pérdida de tiempo y de esfuerzos, a toparse en última instancia con la desilusión; es exponerse a que el cansancio se apodere de la vida y entonces la vida ya no tiene sentido ni aliciente; ya no se ve por qué seguir adelante, ni para qué.
Tu ideal como cristiano tiene que ser la Vida de la gracia; cumplir la misión del Maestro Jesús, que dice:
“Vine para que tengan Vida y la tengan en abundancia” (]n, 10,10).


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