Un minuto con Dios

0:00

¿Estás dispuesto a colocar la felicidad de los otros por encima de la tuya, a buscar la felicidad de los otros antes que la tuya?

¿Eres capaz de ir más allá, procurando la felicidad de los que te rodean, aun a costa de la tuya?

Aceptar a los otros no es otra cosa que cederles un lugarcito en nuestro corazón; pero para cederles un lugar es preciso arrinconar algunas cosas nuestras, nues­tros propios sentimientos y conveniencias.

Todo esto es lisa y llanamente amar; y, en conse­cuencia, amar es negarse a sí mismo, olvidarse de sí, inmolarse, sacrificarse; amar, en resumidas cuentas, no es otra cosa que sufrir por la persona que uno ama.

Ya tienes un buen test: ¿sufres, te molestas, te niegas por las personas que dices que amas?

“En verdad os digo: quien reciba al que yo envíe, me recibe a mí y quien me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado” (Jn, 13, 20).

“Hemos de olvidarnos de todos los odios — de toda mentira, de toda ruindad —; hemos de abrasarnos en el santo fuego — de un amor inmenso, dulce y fraternal”.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts