Me encantó ese sueño …
0:00
Con gracia dio vueltas y se movía por el salón mientras la cola de su vestido blanco resplandeciente se movía con fluidez por el suelo detrás de ellas y el velo le caía como una cascada por la espalda adornada con botones.
Conversaba con cada uno de los invitados y se tomaba tiempo para mezclarse entre la gente y recibir los elogios. “te ves absolutamente encantadora.” “Tu vestido es maravilloso”. Nunca vi una novia tan bella”: “que ceremonia tan deslumbrante”.
Los elogios pródigos sonaban uno tras otro. La novia no cabía en sí de orgullo y estaba encantada con la adoración de la multitud. Hubiera podido pasar toda la noche escuchándolos y viéndolos derretirse alrededor de ella. Y eso fue lo que sucedió. Sin embargo, ¿Dónde estaba el novio? Toda la atención estaba puesta en la novia y ni una vez ella llamó la atención de alguien sobre su esposo. Ni siquiera notó su ausencia a su lado. Revisé la habitación buscándolo y preguntándome: ¡donde puede estar?”.
Al final lo encontré, pero no donde esperaba que estuviera.
El novio estaba parado solo en un rincón de la habitación con la cabeza gacha. Mientras miraba con fijeza el anillo en su dedo y le daba vueltas al aro de oro que su novia acababa de ponerle en el dedo, las lágrimas le corrían por las mejillas hasta llegarle a las manos.
Fue entonces cuando me llamaron la atención las cicatrices de los clavos. El novio era Jesús. Esperó, la novia no volvió su rostro hacia él ni una sola vez. Nunca lo tomo de la mano. Nunca les presento a los invitados. Se movía sin depender de él.
Desperté de mi sueño con una sensación de nauseas en el estómago. “Señor ¿así te hice sentir cuando buscaba amor en todos los lugares equivocados? “ Lloré ante la idea de haberlo lastimado tan hondo. Es lamentable pero este sueño ilustra con exactitud lo que sucede entre Dios y millones de personas en su pueblo.
Él se comprometió con nosotros en matrimonio, tomamos su nombre (el de cristiano) y luego seguimos adelante con nuestra vida en busca de amor, de atención, de afecto en todas las fuentes que existen bajo el sol excepto en el hijo de Dios, el amante de nuestras almas. ¿Experimentas el gozo inexplicable de la intimidad con aquel que te ama con una pasión mucho más profunda, más grande que cualquiera que puedas encontrar aquí en la tierra?
0 comentarios