Un minuto con Dios

0:00

Tomar a cargo la felicidad de otro es el primer mo­vimiento y la primera exigencia del verdadero amor; y es que el amor no se fija en sí, sino que se fija en la persona amada.

Luego siempre que te busques a ti mismo en primera línea, no amas con auténtico amor; siempre que pre­fieras tu propia satisfacción o utilidad a la satisfacción y tranquilidad de los otros, no amas de veras.

Es decir, no amas a los otros, te amas a ti mismo; pero como amarse a sí mismo con detrimento de los otros es destruirse a sí mismo, y eso no es amarse, sola­mente te amarás a ti mismo cuando ames de veras a los otros, cuando te inmoles por los otros, cuando te preocupes por los otros, cuando te sacrifiques a ti mis­mo por los otros.

No te olvides: para que el amor sea verdadero, ha de ser total, único y entregado. Cuando uno se sirve de otro sin una perspectiva de entrega profunda, es imposible el amor.

“Todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación, que está en Cristo Jesús con la gloria eterna” (II Tim, 2, 10).

Rubén Darío escri­bió:

    Hemos de acordarnos que somos hermanos
    hemos de acordarnos del dulce Pastor
    que crucificado, lacerado, exánime
    para sus verdugos imploró perdón.

Tambien podria interesarte

0 comentarios

Popular Posts