Un minuto con Dios
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Es bueno soñar, pero no es bueno soñar tanto, que nunca despertemos del sueño; es bueno caminar en la vida, mirando a las estrellas; pero no es bueno que no nos fijemos dónde posamos los pies, al caminar.
Es bueno fijarse una meta en lontananza, hacia donde nos dirijamos; pero no es bueno que nos despreocupemos de lo que sucede a nuestro alrededor.
Es bueno querer mejorar a todos; pero es mejor comenzar por mejorarse a sí mismo.
Es bueno querer hacer obras de relieve; pero quizá sea mejor acariciar la cabecita de ese niño que todos los días encontramos en la puerta de nuestro negocio.
Es bueno pronunciar discursos o arengas ante multitudes; pero quizá debamos comenzar por hablar fugaces minutos con el cartero, o el lechero, o con el lustrabotas que da brillo a nuestros zapatos.
“El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho” (Le, 16, 10).
En las cosas menores es donde se manifiesta el amor; las cosas pequeñas son las que se ofrecen a diario y en las que debes vivir tu amor al Señor.
Es bueno fijarse una meta en lontananza, hacia donde nos dirijamos; pero no es bueno que nos despreocupemos de lo que sucede a nuestro alrededor.
Es bueno querer mejorar a todos; pero es mejor comenzar por mejorarse a sí mismo.
Es bueno querer hacer obras de relieve; pero quizá sea mejor acariciar la cabecita de ese niño que todos los días encontramos en la puerta de nuestro negocio.
Es bueno pronunciar discursos o arengas ante multitudes; pero quizá debamos comenzar por hablar fugaces minutos con el cartero, o el lechero, o con el lustrabotas que da brillo a nuestros zapatos.
“El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho” (Le, 16, 10).
En las cosas menores es donde se manifiesta el amor; las cosas pequeñas son las que se ofrecen a diario y en las que debes vivir tu amor al Señor.
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